GIPUZKOA 80 - BILBAO 67

Jared Jordan amarga el regreso de Sito Alonso a Illumbe

El GCB castigó a su Bilbao, que careció de defensa en el perímetro. “Tenemos unas limitaciones económicas y ellos no”, reprochó el presidente donostiarra.

San Sebastián
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Como pasó en el del Buesa, en el Baskonia-Bilbao, el derbi vasco de Illumbe se quedó en casa. Con el Bilbao como visitante. El Gipuzkoa va saliendo del atolladero. Tuvo una dulce venganza con Sito Alonso, tras la salida de este el pasado verano, que no sentó bien a muchos en Donostia (hubo algún pitido en su regreso con otros colores). “Es deporte, son profesionales”, explicó fríamente Álvaro Bilbao, presidente del GBC, para luego dar un buen pescozón: “Tenemos unas limitaciones económicas que el Bilbao no posee (cosa que extraña, habida cuenta de la situación agónica de los vecinos vizcaínos); no podemos competir por entrar en esa guerra numérica”. En definitiva, un latigazo sobre que el técnico se fue por dinero.

En la pista la cosa se resume en un monólogo guipuzcoano. Sin Mumbrú ni Bertans, y con Hervelle a menor gas por su dolencia muscular, el Bilbao es bastante terrenal. Además, su defensa es la carrocería que le ha catapultado hasta las puertas de la Copa. Pero se la dejó en Miribilla. El GBC fue más pasional. Embolsa el peor ataque de la ACB (66 puntos por partido); pues bien, ante el Manresa al descanso llevaba 50 (para una ventaja de 17) y ante el Bilbao, 48, para el +16.

Sito puso a dos grandes de inicio (Williams y Marko Todorovic) y no le fue bien. El ataque estático fue una tortura nocturna para los ‘hombres de negro’, que estaban tan empanados que en dos ocasiones no sacaron de fondo dentro de los cinco minutos habilitados. Fue alucinante ver a Marko Todorovic, con 80-67, lanzar a fallar el segundo tiro libre para ganar una triste canasta antes de la bocina, y encima algo que no ocurrió. Cada vez que amagaron con reaccionar (como en el 67-59 del tramo final), encontraban respuesta, principalmente por tiros muy solos de los locales. Ponsarnau supo encontrar las debilidades del rival, en primer lugar con Jordan atacando a Raúl López. Se cerró el Bilbao sobre Doblas, había que tirar ayudas y la vuelta llegaba a paso de caracol. Así fueron cayendo triples como gotas de agua en un chaparrón. Ya el 14-4 en otra mala salida de las camisetas con Wis@key hizo presagiar lo mismo que en otras malas tardes. Cuando sale Gabriel es que todas las alarmas se han disparado. Fue requerido con el 38-24, pero no venía de Lourdes con un milagro. La máxima diferencia llegó con dos triples seguidos, de Grimau y luego Dean: 80-60 (a -2:51).

Andjusic está tembloroso, indeciso, y debe dar un paso al frente porque su equipo lo necesita. Al final se dio un leve conato de pelea, con Williams por medio. Al Bilbao le espera ahora una serie de partidos con los ‘cocos’ de la ACB. El derbi se resume en la línea de tres y la dimisión de los defensores bilbaínos en esa periferia: 13/29 los locales y 4/14 los bilbaínos. “Es muy difícil remontar siempre, es una buena lección de aprendizaje. No podemos tener reacciones tan lentas al sacar de fondo”, explicó Sito Alonso. “Algún conocido ha venido a estar conmigo antes del partido, pero por término medio he sido yo el que ha saludado a todo el que pasaba”.