Masai Ujiri (general manager de Toronto, primer hombre nacido en África que ocupa este cargo de una franquicia norteamericana), Magic Johnson, Hakeem Olajuwon, Charles Barkley y Tracy McGrady (recibió una atronadora ovación del Air Canada Centre tras emitirse un vídeo como triubuto al escolta) estuvieron presentes en el homenaje que los Raptors brindaron a una figura sin igual: Nelson Mandela. Un hombre clave en la historia del último siglo. Una figura que representa la conocordia y la paz a nivel mundial y de cuya muerte se cumplió ayer un año. Gran gesto de la franquicia canadiense y de la NBA. Y al que se sumó, cómo no, LeBron James haciendo lo que mejor sabe hacer: jugar al baloncesto. El alero fue un ciclón y con sus 24 puntos, 13 asistencias y siete rebotes lideró el triunfo de los CavAliers (91-105) ante unos Raptors que aún se mantienen como el mejor equipo de la Conferencia Este.

No hace ni dos semanas desde que Cleveland fuera apalizado en su propia casa por Toronto ("se la debíamos. Estábamos muy motivados por ello", reconoció Kyrie Irving). "Somos un equipo muy frágil", asumió por entonces 'King' James. Desde entonces, la franquicia de Ohio ha contado sus últimos seis encuentros por victorias. Ya no son ese desquebrajado equipo que lucía récord negativo, ahora son un bloque compacto que con un 11-7 que indica su progresión camino de su conversión en esa maquinaria casi perfecta que muchos esperaban que fuera. "Me siento realmente bien, incluso aún más por como esta el equipo ahora", comentó el cuatro veces MVP.

Estas buenas vibraciones no vienen sólo desde el vestuario de los de David Blatt, sino que los propios rivales empiezan a sentir en sus propias carnes. "Están mejorando. Juegan y muven el balón mucho mejor que antes", analizaba un Amir Johnson cuyos 27 tantos, su mejor marca de la temporada, no tuvieron su recompensa. Kyle Lowry (22 y nueve asistencias) fue el otro hombre destacado en las filas de los de un Dwane Casey que, ante rivales de entidad, va a echar mucho en falta a DeMar DeRozan.

Mientras tanto, en los de Ohio sobresalió un imperial Tristan Thompson. El ala-pívot aportó 21 puntos y 14 rebotes partiendo desde el banquillo para dar un relevo anotador a los otros dos integrantes del Big Three de Cleveland. Irving y Love se quedaron en 15 tantos cada uno. Precisamente, entre ambos se las ingeniaron en el tercer cuarto para con 11 puntos consecutivos, volver a poner a su equipo en ventaja tras un triple de Lowry que puso a los dinosaurios por encima en un marcador (58-57) en el que habían ido haciendo la goma durante toda la primera mitad.

En el último cuarto, los de Ohio leyeron el encuentro a la perfección para no hacer peligrar en ningún momento un triunfo de prestigio y honrar así la memoria del gran Nelson Mandela. Un hombre que supo aprovechar los mejores valores del deporte para hermanar a un pueblo que parecía irrecoinciliable. Va por ti Madiba.