KNICKS 99-BLAZERS 103

Aldridge hurga en la herida de los peores Knicks de siempre

Calderón juega otro partido muy discreto y los Knicks siguen con su peor inicio de siempre (4-18) después de volver a perder un partido resuelto en los últimos minutos.

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NBA

Los Knicks empezaron la temporada 2-1, ganando en el primer partido de LeBron en su regreso a Cleveland (quién lo diría ahora…) y a los Hornets. Desde entonces y en diecinueve partidos: 2-17. Ocho derrotas seguidas, diez en once partidos… y 4-18, en el peor inicio de toda su historia.

Cada derrota se parece a la anterior y eso las hace aún más dolorosas: llevan cinco partidos seguidos perdiendo por menos de diez puntos. En los tres últimos, sólo un -8 combinado… pero siempre pierden. Tengan o no el último tiro, lleguen o no por delante a las jugadas decisivas. Reman y reman, para nada. Eso les pasa a los malos equipos, ni más ni menos: son ya trece derrotas seguidas en partidos que llegan a los últimos cinco minutos en diferencia de cinco puntos o menos. Y eso teniendo a Carmelo Anthony. Da lo mismo. Esta vez  ante los Blazers, el Madison oteó cierta esperanza después de un parcial de 16-3 que, tras canasta del propio Carmelo, puso el marcador en 97-95 a falta de tres minutos y medio. Lo siguiente fueron seis puntos de LaMarcus Aldridge que sentenciaron a unos Knicks que ya sólo anotaron dos puntos más.

Entre Carmelo, JR Smith y Amare Stoudemire anotaron 59 puntos. Del resto, apenas noticias. Calderón jugó otro partido absolutamente discreto: 4 puntos, 2/7 en tiros y 3 asistencias. Está desde sus regreso, con alguna luz entre las sombras casi siempre desde la línea de tres, en menos de 9 puntos y 4 asistencias por partido. Muy poco. Los Knicks son un equipo muy fácil de anular en los finales en el alambre porque todo pasa por Carmelo y los aclarados para sus tiros, como si siguiera Mike Woodson y no hubieran desembarcado Derek Fisher y Phil Jackson, a los que les queda un año para poner en marcha de verdad su proyecto (su triángulo ofensivo...), seguramente con una ronda muy alta de draft y sin los 45 millones (glups…) que cobran ahora entre Amare Stoudemire y Andrea Bargnani.

Enfrente, los Knicks tuvieron a un equipo que representa todo lo contrario a ellos: buena salud, proyecto sólido, dirección. Los Blazers están 16-4, han ganado sus nueve partidos contra rivales del Este y repiten los 16 triunfos en 20 partidos de la temporada pasada. En toda su historia anterior lo habían logrado sólo otras tres veces. Además, juegan bien: son el único equipo desde 2007 que ha repartido al menos 20 asistencias en los primeros 20 partidos, sin fallo, de la temporada.

Aldridge, el ejecutor, terminó con 24 puntos y 11 rebotes y remató otro notable trabajo colectivo. Siete asistencias de Batum, ocho rebotes de Robin Lopez, 20 puntos de Lillard, tres robos de Matthews…Los Blazers, que además visitan ahora a los destrozados Pistons, son terceros del Oeste. Y eso, igual que la temporada pasada a estas alturas, es mucho decir.