Barcelona 89 - Fenerbahçe 91

Las lesiones cazan al Barcelona

Sin Navarro, Oleson ni Abrines, el Barça hace un esfuerzo enorme pero pierde en el último segundo de la prórroga. Pese a caer, tiene casi asegurado el primer puesto.

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El Barcelona ha perdido dos partidos en cinco días pero las comparaciones son sencillamente imposibles. En Sevilla el histórico partido de Willy Hernangómez castigó su desidia pero ante el Fenerbahçe le faltó una pizca de suerte que desde luego buscó y seguramente mereció. Nada más empezar se lesionó Abrines y engordó una lista de bajas en la que ya estaban Oleson y Navarro. Sin batería exterior y sin sus mejores defensores de perímetro, el Barcelona hizo un esfuerzo gigantesco contra otro de los grandes equipos de Europa. Pudo ganar y perder antes de la prórroga y cayó finalmente tras una canasta en el último segundo de Bjeliça. Desfondado aunque con el primer puesto de grupo casi asegurado: ganó de dos en Estambul y perdió de dos en el Palau. Sólo se quedará sin liderato si cae la próxima semana en pista del Panathinaikos y el Fenerbahçe gana en su casa al Bayern y remonta 61 puntos en el average general.

El partido fue tremendo, un conglomerado de jugadas excelentes y fallos gruesos que caminó por el alambre todo el último cuarto, en el que el Fenerbahçe tuvo un 64-68 en el inicio y el Barça un 77-74 casi al final. Un esfuerzo titánico de Huertas, que anotó diez de los últimos doce puntos de su equipo antes del tiempo extra, dejó al Barça acariciando una victoria que se escapó por detalles: errores y golpes de suerte como el extraño palmeo de Bjeliça, otra vez, que valió el 79-79. En la prórroga el Barcelona parecía agotado pero no habría perdido si precisamente Huertas no hubiera pisado la línea de banda tras saque lateral, con empate a 87 y 20 segundos por jugar: 10 pérdidas locales entre el último cuarto y la prórroga.

El Barcelona empezó de maravilla, con DeShaun Thomas castigando en el poste su emparejamiento con Goudelock (11 puntos en menos de 7 minutos) y Abrines pululando por la pista: se lesionó en el minuto 6 y aún así era el tercer azulgrana con más puntos y más valoración al descanso. La lesión destempló al Barça, que se deshilachó en un segundo cuarto que jugó con la lengua fuera (33-40, máxima visitante). Sin embargo, Pascual cambió el rumbo en el vestuario y el segundo tiempo azulgrana fue emocionante: defensa, apariciones de Doellman, triples de Hezonja y la cabalgada final de Huertas ante un rival con mucho más repertorio pero que (como en Estambul) parece incapaz de exprimir todas sus posibilidades. Durante más de medio partido, el ataque dependió demasiado de los movimientos de Goudelock y el juego a su espalda de Bogdanovic. Al final, sin embargo, decidieron la gélida calidad de Bjeliça y los muelles de Vesely.

Thomas jugó un partido excelente pero no tuvo peso al final, cuando Obradovic ya había ajustado los emparejamientos defensivos. A Satoransky le pudo el partido y Doellman sólo funcionó de verdad en el tercer cuarto.Hezonja, que pintaba a héroe con sus cuatro triples en la segunda parte, perdió dos balones seguidos en el último minuto que se tragaron la posibilidad de que el Barcelona gobernara el final con el marcador a favor en una mano y el reloj en la otra. Y Huertas terminó cegado después de un esfuerzo titánico. Pero el gran señalado, como en Sevilla, fue el juego interior: la citada intrascendencia de Doellman, el paso de puntillas de Nachbar y Lampe, otro fracaso de Pleiss y la incomodidad de un Tomic al que abrasaron a base de contacto los jugadores turcos. El croata estuvo blando en las jugadas defensivas decisivas y no fue esta vez resolutivo en ataque: sólo tres tiros a canasta y un esencial tiro libre fallado tras un 2+1 heroico, con 87-87 y 25 segundos por jugar. Así que el partido del Barça fue confuso pero muy generoso, con tramos excelentes y otros en los que le pesaron de forma definitiva las descomunales ausencias, más ante un rival de tanta profundidad precisamente en las alas. En Estambul, recuerdo, los mejores habían sido… Navarro y Oleson.

Así que el problema a corto plazo del Barcelona no son las dos derrotas sino las lesiones. Abrines y Oleson son esenciales por mucho que Navarro esté a punto de volver. Al menos Pascual ya tiene claro que Hezonja es, entre pecados de juventud, un proyecto de jugador superior. Las lesiones... y esas dudas que sigue dejando esa rotación interior en la que parece que faltan roles (defensa, intimidación, rebote). Con todo, rozó el triunfo ante otro de los equipos para los que será un fracaso no estar en la Final Four de Madrid. Así que al contrario de la de Sevilla, esta no es ni mucho menos una derrota que le deba sonrojar. Sí escocer. Mucho.

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