BILBAO BASKET

Sito Alonso: “La Selección es como la ACB: si llegas, genial”

Sito Alonso, candidato a seleccionador, repasa la influencia que ha tenido su padre, los sacrificios en un club humilde como el Monzón y la tutela deportiva de Aíto.

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Sito Alonso: “La Selección es como la ACB: si llegas, genial”
JUAN FLOR DIARIO AS

¿A qué hora llega al pabellón?

A la que nos dejan, afortunadamente lo abren a las ocho y cuarto y a esa hora estamos. Poder disfrutar de una instalación tan buena como esta, estar juntos y tener todo el material aquí… no es importante lo de madrugar sino aprovechar el tiempo.

Nos cita para entrevistas a las nueve y media de la mañana, ¿para pillarnos con la guardia baja?

Noooo.

En Monzón trabajaba mucho antes.

Era un grupo de chicos que entrenaba a las seis y cuarto, como enseñanza. Ninguno ha llegado a la ACB, era lo que se iban a encontrar en la vida para ir a su trabajo.

¿La aventura de Bilbao está yendo como esperaba?

Todo está yendo muy rápido. Me gusta tener más tranquilidad en pretemporada. Estamos sufriendo algo que jamás había tenido, muchos problemas físicos. Eso está siendo difícil en el último mes y medio.

Lo cierto es que con el rendimiento del equipo ya nadie se acuerda de la casi desaparición del club.

Sobre todo es mérito del club, que transmite tranquilidad en cuanto a lo deportivo. Todo se recuerda cuando hay un retraso o una situación diferente a lo normal, y eso no ha ocurrido. Con la incertidumbre que había antes, con ese pasado reciente que te invita a desconfiar, si viene un jugador y no funciona algo... No hay ningún equipo quitando a los supergrandes que respiren tanta tranquilidad.

¿Dolido por las palabras del presidente del GBC insinuando que se fue por dinero, y por los gritos de pesetero en Illumbe?

La afición del Gipuzkoa no la voy a valorar por cómo me reciba en la entrada al pabellón, porque vengo con un equipo de máxima rivalidad, que es el vecino de al lado. No voy a convencer a la gente de que eso no tiene que molestarles. Tengo un respeto demasiado grande. Esa gente en dos años excelentes y uno malo no ha dado la espalda nunca al equipo, a mí tampoco. Me despedí con gritos de ‘Sito quédate, Sito no te vayas’. Sí me molesta que se malinterpreten las cosas, que se piense que me he ido por dinero. Eso lo oí. Las declaraciones del presidente no son del todo ciertas. Cuando tomas una decisión intentas ayudar al club en el que has estado…

Eso es, le deben bastante dinero…

Si tu club ha tenido problemas económicos y no puede hacer frente a la situación contractual que tenías, no puedes pensar en otra. La oferta que te pueden hacer mala o buena no puedes madurarla si no tienes solucionado lo del año anterior. Le puede pasar a cualquier club. Me he ido a otro proyecto. El GBC no ha podido hacer frente a la situación contractual que tenía antes. Pero no estoy dolido. No decir la verdad es un tema más complicado.

¿El GBC creció con Sito y viceversa no?

Me importan las personas que han vivido ese crecimiento conmigo. La persona que es estandarte allí es Doblas. Sus declaraciones son las que más me llenan; él nunca te va a mentir, es transparente total. Quisimos una estructura de trabajo de jóvenes, crecimos juntos.

Llegaba tras el despido en la Penya, ya fuera de la órbita Aíto…

Tuve mucha suerte en mi destitución en el Joventut, porque el tiempo te ha dado la razón. Se van Aíto, Rudy, Barton, Moiso… y quedamos quintos. El segundo año tuvimos que hacer un cambio radical en la estructura del club, con cinco canteranos. Acabamos cuartos la primera vuelta, pero luego perdimos cinco partidos seguidos; esa idiosincrasia de tener que sufrir y caer derrotado se ve ahora normal. Me tocó como entrenador de 32 años, novel. Tengo una relación con Villacampa excelente. Teníamos el quinteto más joven de la historia de la ACB: Rubio, Ribas, Pere Tomás, Bogdanovic y Norel.

Dijo que por solo un año con Aíto ya mereció la pena todos los sacrificios de Monzón.

Mi padre me ha enseñado unos valores que sin ellos mis pequeños o grandes defectos no los podría ocultar. El padre profesional es Aíto. Me ha enseñado cómo trabajar en el mundo profesional, no es lo mismo que el Monzón o la escuela del Helios. Ese bagaje lo tengo de la mano del mejor, es difícil que una sola persona tenga más experiencias. Que deje que te aproveches de sus virtudes y te escuche, no tiene precio. Además, valoro su amistad. Lo bueno que oído de él se cumple todo y lo no bueno no se cumple ninguna cosa.

Empezó haciendo judo y natación, pero mamó el basket en casa. ¿Era muy duro su padre?

Sí, muy duro.

Pero al ver que el hijo triunfaba se iría ablandando.

No hablamos de eso, en mi padre sólo existe una o dos frases: es importante trabajar más que los demás e innovar, no copiar. Es difícil que ahora un joven pueda soportar la dureza y disciplina en la que yo crecí. Ojo, si suspendía, nunca me ha castigado con baloncesto. Entrenaba más. Le estoy agradecido y le escucho. Las dos frases que me dice al año se cumplen. En Badalona me avisó: "Si no fichas, te quedarás sin trabajo". Y en Gipuzkoa, también: "Si no fichas, vas a bajar". Le dije que alguna vez se equivocarías. ‘"Si soy quinto, cómo me van a echar", le respondí en Badalona. Pasaron dos meses y me destituyeron.

¿Y qué le ha dicho del Bilbao?

Que tenemos buena pinta. No digo más porque si no igual no se cumple.

¿Se ve muy distinto al técnico que empezó con once años?

Afortunadamente he cambiado. Era una copia de mi padre. Un desastre total. No era entrenador, sino la copia del que había visto siempre en casa. Monzón era un club pobre y me curtió. Por ejemplo, los problemas de ahora de muchos lesionados se minimizan por aquello que viví.

Pasó muchas horas con Ricky en la Penya.

Es el número uno. Hay muchos entrenadores que les gusta decir que ellos han formado a este o aquel jugador. Tuve la fortuna de poder entrenar con Ricky, transmitirle mis conocimientos y ver cómo él me exigía a mí. Para entrenar a Ricky hay que estar preparado, cada día es una dificultad. Él no hace nada que no sepa para qué sirve. Ni con 13 años ni ahora. Yo tenía 27 y era un aprendizaje diario.

Rudy también pasó por sus manos.

Tiene una capacidad innata de hacer cosas que he visto en muy poca gente. La mayoría para hacer un gesto técnico tiene que entrenarse mucho. Rudy lo domina el mismo día que se lo explicas y parece que no lo utiliza, pero cuando debe hacerlo, lo borda. Tiene una intuición, rapidez, manos… Era un placer ver cosas que sólo hace él. Roba balones que parecen imposibles.

Un jugador suyo me dijo que jamás le preguntemos por la suerte ¿tan obsesivo es como trabajador?

Pensar que dependes en un momento determinado de la suerte es estar perdiendo las posibilidades de mejorar. No creo mucho en la suerte.

Habitualmente elogia a su plantilla ¿no exagera?

Me ha llegado algún comentario al respecto, como que estoy fingiendo. Cuando es tan repetido, quizá forma parte de mi personalidad. Elogiar a un jugador es lo más normal si el trabajo está siendo bueno. El otro día en Gipuzkoa no elogié a nadie. Primero nos evaluamos los técnicos.

Llega el Madrid.

Nos divertimos mucho viendo al Madrid el año pasado. Acababa de entrenar y me iba a verlo a casa, a ver si metía cien o más. Me abstraía como entrenador y lo disfrutaba como aficionado. Es importante para un club grande tener una identidad de persona, como con Pablo. Ahora tienen una potencia física y de longitud que les va a venir bien para cualquier imprevisto.

Está en la lista de posibles seleccionadores.

-La Federación es un tema especial. Es una familia, muy diferente a lo que estás habituado a ver. Cuando entras ahí y cumples con los requisitos, de representar bien a la Federación, ellos nunca te abandonan. Los que hemos pasado por ahí lo sabemos. Yo con tal de contar para ellos cuando legalmente pueda, estoy encantado. Tendría que cambiar la regla, pero ojalá pueda estar todos los años de mi vida, se vive muy bien.

¿Pero no le atrae coger el primer equipo?

No me lo he planteado, como tampoco me planteaba ser entrenador de ACB. Mi padre me planteó ser el mejor en lo que hacía. Si luego llegas, como así ocurrió, genial.