Doug McDermott fue intervenido quirúrgicamente este sábado para reparar el menisco de la rodillla derecha. Tras la artroscopia realizada en dicha articulación, se espera que el alero de los Bulls esté entre seis y ocho semanas de baja. Un periodo al que hay que sumar las otras dos que lleva sin estar con el grupo aquejado de esos mismos problemas. Su última aparición se produjo en el partido que enfrentó a los de Illinois con los Nets en el Barclays Center de Brooklyn.

No está teniendo suerte el exjugador de la Universidad de Creighton y quinto máximo anotador en la historia de la NCAA en su primer curso en la NBA. Tras haber sido elegido en el puesto 11 del último draft y despertado gran expectación durante la pretemporada, este peligroso tirador ha ido visto reducidos progresivamente su número de minutos de juego con la franquicia de Chicago. En los 17 partidos que ha disputado promedia 3,2 puntos y 1,6 rebotes en 11,6 minutos. Es más, tras contar con una presencia testimonial en los primeros días del curso, Nikola Mirotic (el otro novato del equipo) ha ido ganando una importancia mucho mayor en el esquema del siempre exigente Tom Thibodeau.

McDermott no es el único jugador de la última camada de rookies que está lidiando con problemas físicos. En el primer partido de la temporada con los Lakers, Julius Randle se fracturó la tibia derecha y no podrá volver a jugar hasta la próxima temporada. Aaron Gordon, número 4 ala-pívot de los Magic, estará como mínimo hasta febrero sin poder volver a jugar como consecuencia de una fractura en el quinto metatarsiano del pie. Marcus Smart (Celtics) también ha arratrasdo varias dolencias y Joel Embiid, número tres, no podrá debutar hasta la próxima campaña.