Sigue el descenso a los infiernos de unos Hornets que están en 6-19 con 14 derrotas los últimos 16 partidos. Un equipo que venía de jugar playoffs, dejar atrás la era Bobcats y recuperar la ilusión de las avispas con una inversión que está resultando inútil: Lance Stephenson está en parrilla de salida (sólo 7 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias, cada vez menos implicado), Marvin Williams es el jugador gris de casi siempre y tardará en haber noticias del rookie Noah Vonleh.

Así que a los Hornets les sostienen como pueden entre Al Jefferson (28 puntos, 10 rebotes) y Kemba Walker (27 y 7 asistencias). Pero casi ningún día es suficiente. A los Suns les tenían 102-98 con algo más de seis minutos por jugar y tras triple de Walker. De ahí al final, anotó Jefferson cuatro puntos… y nada más. Entre Bledsoe, Dragic y Thomas remontaron el partido para unos Suns que llevaban seis derrotas seguidas y que cogen así algo de aire en una carrera por los playoffs en la que está a punto de rebasarle, seguramente de forma definitiva, Oklahoma City Thunder.

Los Hornets, por su parte, son ya uno de los seis peores equipos de la NBA en una temporada en la que querían convertirse en uno de los poderes emergentes del Este, un tren que ha partido con Wizards y Raptors… pero sin ellos. Steve Clifford, uno de los entrenadores cuyo trabajo más se alabó la pasada temporada, puede tener los días contados en Charlotte. Por ahora, Michael Jordan tiene paciencia… y busca una solución al fiasco Stephenson.