Los Memphis Grizzlies vencieron esta madrugada a los Heat en su visita a Miami (95-103) y cortaron su racha negativa de cuatro partidos seguidos sin conocer la victoria. Este triunfo da un respiro para los de Tennessee que tras comenzar mejor que nunca (balance 10-1) y ser la mejor franquicia de la NBA durante días, se sumieron en los últimos encuentros en una pequeña crisis. Sin poder contar con Randolph (con molestias en la rodilla, tampoco jugó contra los Heat) desde el partido contra los Bulls, los de Memphis encadenaron una serie de derrotas (Chicago, Cleveland, Utah y Houston) y descendieron al cuarto puesto del Oeste.

A pesar de estos últimos tropiezos, en la lista de la semana que elabora el analista Sekou Smith sobre los candidatos a mejor jugador de la temporada (KIA race to the MVP), Marc Gasol ha recuperado un primer puesto, que hace 15 días le había robado Stephen Curry (Golden State Warriors). En las cuatro derrotas, el mediano de los Gasol ha promediado 22,2 puntos, 10,2 rebotes y 4,2 asistencias, números por encima de sus medias del curso (20,2; 8,2 y 3,8).

Esos números (los primeros) son similares a los logrados en South Beach esta madrugada: 22 tantos, 10 capturas y 3 pases a canasta. Una genialidad de números que, esta vez, si sirvieron para ganar. Una vez más, Marc tuvo que hacer de él y de Randolph. Y no se le dio nada mal a él ni al equipo. Los Grizzlies empezaron fuertes y serios. Nunca dejaron que el partido se les fuera de las manos, aunque hubo 11 casis en la segunda mitad, pero si no aparecía Marc para solucionarlo, aparecía Mike Conley (24 tantos). Ambos son garantía de éxito, aunque el lastre de no tener a Zach es un problema cuando los rivales son de más nivel, como se ha visto en las últimas jornadas.

"Cada vez que se ponían a dos-tres, ejecutábamos bien la siguiente jugada", señaló Joerger, el técnico de Memphis, al acabar un duelo que llevó a Wade y sus 25 puntos a superar la barrera de los 18.000 en su carrera. El escolta de los Heat es una leyenda viva en la NBA, pero su capacidad y calidad no fueron suficientes. Los de Florida van a acabar el año con un balance negativo, algo que no ocurría desde el 2008. Y Bosh todavía no reaparece, ya son ocho partidos de baja. Malas tiempos en Miami.