D-League, laboratorio de la NBA: palomeros, chips y triples

La historia de la NBA se entiende bajo la continua sombra de la revolución, de la innovación y ese non-stop de mejoras y popularidad desde la década de los 80. Durante los últimos años, la mejor liga de baloncesto del mundo ha fortificado ese producto y lo ha rodeado de mecanismos para hacerlo autosuficiente. Uno de esos mecanismos es la Liga de Desarrollo (NBA D-League).

Creada a principios del Siglo XXI, la Liga ha experimentado un importante cambio desde su expansión en 2005. Más equipos, más jugadores, más nivel. Ya no es sólo el lugar donde acaban los que no valen para la NBA o esa competición de filiales que no importa a nadie, sino que es un banco de pruebas para las franquicias, para los jugadores y para el propio sistema de la NBA. Algunos de los lesionados de larga duración bajan a jugar un par de partidos para volver a coger la forma y rookies importantes como Shabazz Napier buscan llamar la atención desde sus pabellones. Un ejemplo es Robert Covington, MVP del All Star y Rookie del Año en la D-League, después de pasar un año en dicha competición ahora es titular y tercer máximo anotador de los Sixers. Troy Daniels, repescado por los Rockets para los playoffs del curso pasado, les dio una victoria contra los Blazers que les mantuvo vivos un encuentro más. Los jugadores llegan más hechos tras su paso por la D-League, y las franquicias lo agradecen.

En la actualidad la Liga de Desarrollo tiene 18 equipos, 17 de los cuales tienen relación con alguna franquicia NBA: Austin Spurs (Spurs), Delaware 87ers (Sixers), Grand Rapids Drive (Pistons), Los Angeles D-Fenders (Lakers), Reno Bighorns (Kings), Sioux Falls Skyforce (Heat), Bakersfield Jam (Suns), Erie Bayhawks (Magic), Idaho Stampede (Jazz), Maine Red Claws (Celtics), Rio Grande Valley Vipers (Rockets), Texas Legends (Mavericks), Canton Charge (Cavaliers), Iowa Energy (Grizzlies), Oklahoma City Blue (Thunder), Santa Cruz Warriors (Warriors), Westchester Knicks (Knicks) y los Fort Wayne Mad Ants, único que no está ligado a la NBA.

De esos 17 equipos hay dos que están llamando la atención en los últimos meses: los Reno Bighorns (Kings) y los Rio Grande Valley Vipers (Rockets). Ambos han introducido un particular estilo de juego: posesiones híper-rápidas y continuos lanzamientos de tres puntos. Para que se hagan una idea, los Bighorns juegan a un ritmo de 120 posesiones cada 48 minutos y los Vipers a 109. En la NBA, el equipo más rápido son los Warriors, que llegan a 100. Reno promedia 139 puntos por partido y Rio Grande Valley 119, por los 109,9 de los Mavericks, el que más de la NBA.

En cuanto a los lanzamientos de tres, los Bighorns intentan casi 49 tiros de tres puntos por partido, casi 20 más que Phoenix Suns, que lidera dicha estadística en la NBA (27). El 40% de los puntos de los Bighorns llegan desde la línea de tres, mientras que en la NBA, curiosamente quien encabeza este dato son los Rockets, el ‘padre’ de los Rio Grande Valley.

La base de este estilo de juego es que el primer tiro posible, es el mejor tiro que un equipo puede realizar. La idea es acabar con los tiros de media distancia: o lanzamientos de triple o bandejas/mates. Vipers y Bighorns son los equipos que menos lanzamientos de media distancia realizan en la Liga de Desarrollo (6,3 y 8,2). ¿Y en la NBA? Pues sí, los Rockets: 8,6.

Esta revolución de Reno y Rio Grande Valley nace en la mente de dos personas. Vivek Ranadive, propietario de los Sacramento Kings, y Daryl Morey, general manager de los Houston Rockets.

La idea de Ranadive tiene su origen en su época de entrenador, cuando dirigía al equipo en el que jugaba su hija. Comenzó a utilizar tácticas como defensa de 4 contra 5, con una jugadora siempre en la zona rival, presión a todo campo, posesiones rápidas… de hecho, esa idea de jugar rápido ha sido el detonante del cambio de entrenador en los Kings hace unas semanas. El asistente de Ranadive es Mike Bratz, el jugador que más triples anotó en el segundo año de la 3point-era, en 1980. Por eso le quiso Ranadive. ¿Y a quién ha puesto Ranadive a dirigir a los Reno Bighorns? Pues a David Arseneault, ex jugador de Grinnell College, el equipo de la NCAA que batió récords de anotación en los últimos años. En Grinnell College jugaba Jack Taylor la pasada temporada cuando anotó 138 puntos en un partido. Presionar, cargar el rebote ofensivo, forzar pérdidas… eran sus ideas.

El caso de Daryl Morey es más conocido, y el que más impacto ha tenido en la NBA. Es el primer general manager de la NBA que proviene del mundo de las estadísticas avanzadas y fue comparado con la película Moneyball, que trata el éxito de un equipo de béisbol que usó dichos análisis. Morey también es copresidente de unas conocidas Conferencias sobre el uso de estadísticas en el deporte (MIT Sloan Sports Analytics Conference). Sus Vipers fueron los primeros en volverse locos con los triples y la alta anotación. Fueron los máximos anotadores de la liga la pasada campaña y este año comparten liderato con los Bighorns.

Jugadores, franquicias, estilo de juego… y normas

La NBA también está usando la D-League como banco de pruebas. Muchos de los cambios que ha introducido la liga en los últimos años han tenido su comprobación previa en su ‘competición B’. Ahora, uno de los temas más incómodos con los que se ha encontrado Adam Silver es el debate sobre la duración de los partidos y el calendario de la temporada regular. En ese sentido, la Liga de Desarrollo está siendo clave a la hora de encontrar soluciones y formas de acortar el tiempo de los encuentros. Más aún tras la firma del nuevo contrato televisivo de la NBA. ¿Cómo acortar los partidos sin que esto afecte a la publicidad? Estas son algunas de las ideas que se están probando en la D-League:

-Acortar el tiempo de los partidos

La NBA quiere que los encuentros duren menos para favorecer la salud de sus estrellas y en la D-League ya tienen sólo siete tiempos muertos, y no ocho, por equipo. Además, han eliminado los tiempos muertos consecutivos y han creado la 'Regla de Avance' en los últimos minutos: sacar de centro sin pedir tiempo muerto. También, hay tiros libres en la sexta falta, no en la quinta.

-Petición de revisión de la jugada

Una norma que en teoría perjudica a la idea de acortar los partidos, pero que ya se utiliza en la liga de fútbol americano (NFL). Los entrenadores pueden pedir la revisión de una jugada.

-Chip en la camiseta

En una competición cada día más mecanizada por las estadísticas avanzadas, en la Liga de Desarrollo los jugadores comienzan a llevar un chip por dentro de la camiseta que mide su cansancio, el ritmo cardíaco y demás factores. Un avance importante de cara a las rotaciones, claves en la NBA.

-Falta técnica por flopping

A día de hoy la NBA multa a los jugadores por fingir faltas, pero lo hace después de los partidos y mediante una multa económica. La idea que se ha introducido en la D-League es pitar falta técnica en el mismo momento al jugador que intente engañar a los colegiados.

-Evitar el ‘Hack a Howard’

Si un equipo comete una falta deliberadamente lejos del poseedor del balón, el equipo tiene un tiro libre, que puede lanzar cualquier jugador, y mantiene la posesión.