ALBA BERLÍN 61- REAL MADRID 79

El Madrid sigue líder con defensa y 5 triples en 3 minutos

El equipo blanco rompió el partido en el tercer cuarto con un gran acierto desde la línea de tres puntos. Aventaja ya en dos victorias al Barcelona.

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Mientras los Knicks hacían el ridículo en Londres y el Barcelona defraudaba a rachas y espabilaba a otras en Tel Aviv, el Real Madrid firmaba un partido muy serio, tanto que fue de los de bostezar a ratos. Aburrido incluso para las ovejas berlinesas. Era un Madrid más de saberse la lección y no ser cogido en falta que de recreo. Más oficio que sonrisas ante un Alba Berlín inferior, y que además careció de la chispa de otros días. La que le permitió ganar al Unicaja y remontar al Barça, por ejemplo.

Apunten el mérito al bando madridista, que supo neutralizar a sus oponentes más dotados. Dejó a Jamel McLean en 12 puntos (sólo dos en la segunda parte) y a Redding en 6. Apenas Renfroe enseñó muñeca (13 tantos y 3 triples). Impidió las penetraciones. Al Alba se le hizo eterna la segunda parte: 27-43. Niveló la lucha reboteadora, incluso llegó a dominarla, y mostró pulso desde la línea de personal. Más allá, no supo encarar a un Real intenso en la primera línea de pase, que le forzó 23 pérdidas con las que firmó varios contragolpes.

A pesar de la superioridad blanca, de un par de amagos de ruptura (10-16 y 30-36, éste último con Slaughter en pista), un bajón de concentración permitió al equipo alemán encadenar seis puntos. El canto del cisne, el que anunciaba su muerte justo cuando más cerca veía al Madrid, cuando incluso iba por delante: 40-38. Entonces, la oveja dejó de bostezar y abrió los ojos como platos. Alegría para el cuerpo. Cinco triples seguidos sin fallo en poco más de tres minutos: Llull, Rivers, Rudy, otra vez Llull y de nuevo Rudy. Alguno incluso como guinda a un contraataque.

Recordó a Belgrado hace dos semanas. Volvían las sonrisas, un poquito de patio de colegio bien entendido (o no, por lo de abusar del triple). Calidad, eso sí. Y confianza. El último cuarto no sobró, porque faltaba ponerle el lazo al triunfo. Y a veces eso cuesta y uno acaba atándose una zapatilla con la otra. No pasó. Nudo sencillo y efectivo. La máxima se estiró hasta los 18 puntos con el bocinazo final (61-79). Bien los Sergios y Rudy, efectivo Reyes y detalles de Ayón pese a sus dos faltas de salida y de Rivers, con claroscuros, pero con tino el estadounidense (3 de 6 en triples) y más determinación, quizá demasiada en el inicio del tercer cuarto (erró cuatro lanzamientos casi seguidos).

El Madrid es hoy más líder, o al menos tanto como ayer. Invicto con tres victorias, una de ventaja sobre el segundo, el Maccabi, y dos ya por encima del Barça. Que no es poco.