Damian Lillard fue uno de los descartes que Mike Krzyzewski realizó el pasado verano en la selección de Estados Unidos, a la postre campeona del Mundial celebrado en España. Kyrie Irving, Derrick Rose y Stephen Curry fueron los bases escogidos finalmente por el 'Coach K'. Algo que a Lillard no entendió en su momento y sigue sin entender. "Me sigue molestando, continuo pensando en ello, me duele. No había ninguna razón para que no estuviese en el equipo. Aún no se porqué no estuve", explica el de los Blazers en 'Sports Illustrated'.

Lo cierto es que este disgusto le ha servido a Lillard para seguir creciendo en su juego. El jugador nacido en Oakland así lo reconoce: "Lo que ha hecho es poner más leña al fuego. Me motiva". En su tercer año en la Liga está promediando 22,1 puntos por partido (con una mejora significativa en el tiro: luce un 45,2% de acierto), 6,2 asistencias, 4,7 rebotes (1,2 más que el curso anterior) y 1,3 robos. Junto a LaMarcus Aldridge es el líder de unos Blazers que, pese a haber perdido sus tres últimos partidos, siguen marchando segundos en el Oeste y lucen el tercer mejor récord (30-11) de la Liga. "Lo de la campaña pasada fue una sorpresa, disfrutamos con el éxito. Cada victoria nos entusiasmaba. Ganábamos los partidos desde el ataque. Este año no somos el mismo equipo. Estamos ganamos desde nuestra defensa", aclara Damian.