HERBALIFE 80 - REAL MADRID 88

El Real Madrid emerge en una segunda parte espectacular

Los blancos pasaron de perder por 15 ante el Granca a anotar 60 puntos tras el descanso. Partidazos de Llull y Nocioni, y buena actuación de Sergio y Maciulis.

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No hay duda, disfrutamos de la Liga más igualada en muchos años. Emoción y sorpresas cada semana, con Madrid y Barça titubeantes, pero porque hay rivales con capacidad para poner la zancadilla. No porque falte talento. A los blancos les costó un mundo este domingo entrar en el partido. Sólo lograrlo significó un triunfo. La victoria final fue el segundo éxito ante un equipo fiel a su técnico, a Aíto.

Un Herbalife Gran Canaria bien trabajado que supo de inicio minimizar, en el sentido más estricto, el ataque blanco. Conocen la teoría de la manta (corta en este caso): si estiro hacia arriba, me destapo los pies. Y si la llevo hacia abajo, se enfría el pecho. Pues el Granca eligió cerrar la zona –con el 2,20 m Tavares es más fácil–, limitar las canastas fáciles y presionar al hombre balón, aún arriesgándose a permitir algunos triples de los aleros. Los blancos, que no estaban metidos al cien por cien, se vieron desbordados de inicio. Quince puntos abajo (31-16 tras técnica a Nocioni y, luego, 36-21) con 12 balones perdidos.

En los 13 primeros minutos el Madrid llevaba sólo 9 tantos. Lo nunca visto en la era Laso. Apenas 28 al descanso (10 de 30 en tiros de campo) y 56-11 en valoración. Atacaba parado, con bote, sin circulación y sin ritmo, lo contrario que un Granca que además hilvanaba contragolpes y alguna canasta bajo el aro por despiste rival. No era que desbordara en anotación, sino las sensaciones, parecía hacerlo todo más sencillo.

Llull no entró en escena hasta el segundo cuarto mientras Laso daba minutos a Campazzo y a Mejri. Los que no tienen en la Euroliga. Y no lo hicieron bien. Tan negro, tan negro se le puso al Madrid, que hubo quien anticipó otro tropiezo simultáneo de los dos grandes (el Barça cayó en Vitoria). Pero cuanto más difícil y más improbable parece, más satisface. El Madrid emergió así en medio de esos nubarrones oscuros para ganar una de las etapas más duras de la ACB, en la cima del Gran Canaria Arena. Y lo hizo con su versión estrella, la de 2015 (octava victoria del año), en el despertar de Bourousis (de diciembre a enero suele hibernar tras un buen verano con su selección), en el mejor partido de Nocioni y en uno de los más destacados de Maciulis, con Sergio Rodríguez también en camino ascendente.

Y lo hizo, sobre todo, con un partidazo de Sergio Llull. Otro más. Y con su versión A en defensa, la que lidera Rudy y la que sujetó a Kuric e hizo más bajito a Tavares. Fue Llull quien aguantó el desplome en el marcador en el segundo cuarto y quien dio el arreón en el tercero. En nueve minutos y pico el Real pasaba de perder por quince a ganar por cinco: 49-54. Parcial de 13-33. Si al descanso sumaba 28, anotó 29 sólo en el tercer cuarto. ¡Y 60 en la segunda parte! Meter o no meter, esa fue la cuestión: 14 de 27 en tiros de tres (51%).

La traca final la encendió la conexión Sergio-Nocioni. El base firmó un par de acciones de genio y dos triples y el argentino cerró su día más determinante con cuatro dianas de tres y 14 puntos, todos en el último cuarto. El Granca vio que caía de bruces e intentó rehacerse con Bellas y la velocidad de los grandes Báez y Kendall. Redujo a cuatro (73-77) y… nuevo triple de Nocioni más canasta de Reyes. Gran Madrid emergiendo de la nada. Lección aprendida.