El Barcelona de las dos caras vuelve al Palau Blaugrana, donde está jugando a gran nivel, y donde sólo ha perdido dos encuentros: en Liga ante el Joventut tras una canasta in extremis de Suton (82-83), y en Euroliga ante el Fenerbahçe, en un partido sin trascendencia clasificatoria y resuelto tras prórroga y también en el último instante (89-91). El Barça anota en el Palau más de 84 puntos por partido en la Euroliga, lo que debería ser una garantía ante un Zalgiris que va de más a menos en la competición (marcha 1-3 en el Top-16). Nada que ver con el pozo en el que se ha metido el Barça desde diciembre en sus partidos como visitante. El equipo de Pascual no puede fallar en los dos partidos que tiene que jugar como local en la primera vuelta (el otro, ante el Galatasaray). Entre medias, la próxima semana, tiene que pasar por el Palacio para visitar al Real Madrid.

El Zalgiris se apoya en la dureza de clásicos como Javtokas y Jankunas, en la emergencia de Lekavicius y el tirador Milaknis­ y en el liderazgo de James Anderson, que no está al nivel de la primera fase. Pero el Zalgiris llega sobre todo con Sarunas Jasikevicius, ahora ayudante de Gintaras Krapikas y leyenda de un Barcelona que regalará pósters del exbase a los mil primeros aficionados que lleguen al Palau.

Pascual, que ha reconocido que Saras será un gran entrenador en el futuro por su conocimiento del baloncesto, recibió ayer una excelente noticia: Brad Oleson ya realiza parte de los entrenamientos con sus compañeros y su retorno a las pistas está muy próximo.

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