MAGIC 97 - BULLS 98

Pau Gasol rubrica un milagro

El ala-pívot español anotó la canasta de la victoria a falta de 9 segundos y sumó su duodécimo doble-doble consecutivo, a tres ya de la mejor marca de Michael Jordan.

0

Los Bulls ganaron en Nueva Orleans y ganaron en Orlando para cerrar en 3-3 una gira de seis partidos que olía a chamusquina apenas 48 horas antes. Así, entre incertidumbres y altibajos, están 32-20, ya en números de los Wizards y todavía por delante de los Cavaliers: terceros del Este sólo por detrás de los Hawks (42-10), a priori inalcanzables, y unos Raptors más humanos (35-17). Lo de Orlando, además, fue una victoria con milagro incluido, una de esas que animan a equipos necesitados de buenas noticias y de sucesos que dan pegamento al bloque. Hasta Thibodeau apeló a la buena fortuna (“la que tienen los buenos equipos”, eso sí), y Pau Gasol reconoció que habían “salido vivos” de alguna manera.

De alguna manera: los Magic ganaban 97-91 a falta de poco más de 30 segundos y tenían posesión. Eso es victoria en el bolsillo, dinero en el banco, en el 99% de los partidos así que el público del Amway Center ya lo celebraba en pie mientras Oladipo botaba. La salvedad fue que este partido iba a colarse en ese 1% en el que pasan cosas: Chicago enlazó un 0-7 en los siguientes 25 segundos y ganó. La película fue un ejercicio de supervivencia bull y un desastre antológico de unos Magic sin más magia que la negra. Primero Oladipo trató de doblar un pase y entregó la bola a Butler. Tobias Harris hizo falta al de los Bulls que fue antideportiva porque este se iba sólo hacia la canasta: dos tiros (anotados: 97-93) y posesión gratis en la que, tras rozar la pérdida, Derrick Rose anotó un triple (97-96) que salvó otra noche discreta en el tiro (4/14 pero, eso sí, 11 asistencias). Quedaban 19 segundos y las apuestas todavía apoyaban a Orlando. Pero tras el saque desde media cancha Fournier, agobiado por Rose y con una ayuda caníbal de Noah, pisó la línea del centro de la pista antes de que le hicieran falta. Bola para los Bulls, falló de Rose y palmeo con mate de Pau Gasol: 96-97. Y nueve segundos, en los que Vucevic falló un gancho, defendido por Gasol, y en el rebote de ataque y ya en el último segundo, Tobias Harris falló de forma incomprensible para rematar una derrota incomprensible sellada por una cadena de errores incomprensibles. Gasol cogió el último rebote, que olía a puro de la victoria, y cerró el partido con 25 puntos, 15 capturas y 4 asistencias.

Por el descanso, el ala-pívot español había garantizado otro doble-doble, que son 33 en los 49 partidos que ha jugado. Líder de la NBA por delante de Cousins (32) y de un Vucevic que sigue en 31 porque se quedó en 7 rebotes (14 puntos). Más: Gasol lleva doce seguidos, que amplía su mejor marca personal y se acerca a los 15 en línea que sumó Michael Jordan (1988-89), su tope y la mejor racha de un jugador de los Bulls en los últimos 35 años.

Hasta ese final, el partido de los Bulls no había sido para presumir después de un inicio fulminante (primer cuarto: 16-32 con 20 puntos combinados por Butler y Gasol). Después entre Fournier y Vucevic remendaron la cosa hasta que entró en calor Oladipo y se llegó a un final que pareció romperse por las penetraciones del rookie Elfrid Payton, que abrió brecha ante una defensa rival demasiado contemplativa. Los Bulls se pasaron cuatro minutos sin anotar y el partido pasó del 88-91 al 97-91 que precedió al milagro. Un triunfo improbable con Pau Gasol como protagonista principal y una invitación al optimismo para estos Bulls de sensaciones esquivas. Y eso nunca sobra.