Lionel Hollins volvió esta madrugada con los Brooklyn Nets a Memphis (95-86), la ciudad que fue su hogar durante cuatro temporadas completas como entrenador principal (2009-13), la etapa más gloriosa de la historia de la franquicia. Con él a los mandos, los de Tennessee comenzaron a ser asiduos a los playoffs por el título, alcanzando sus cuotas más altas de grandeza en la campaña 2012-13: 56-26 en temporada regular (la mejor de la historia en el equipo) y finales de Conferencia ante los San Antonio Spurs (el techo en las eliminatorias). Datos asombrosos para un técnico que salió por la puerta de atrás del equipo, una vez que lo había puesto en el radar de todo el mundo y la afición eso no lo olvida.

Por ello, la llegada de Hollins como rival por primera vez desde su marcha, fue una fiesta para los fans. Lo recibieron como a un héroe imposible de olvidar: "Fue genial. Disfruté por el respeto que me mostraron y la admiración por el trabajo que hice", dijo Hollins en palabras recogidas por la ESPN. Y hasta ahí llegó su alegría porque una vez comenzado el partido, todo fue sufrimiento para él. Los Nets no encontraron en ningún momento ni ritmo, ni acierto y tras un primer cuarto para olvidar caían ya por 17 (32-15). Su nivel de acierto cercano al 30% les sentenció en esos 12 minutos iniciales.

A partir de ese momento, los Grizzlies sólo tuvieron que ir controlando la renta y tapar los agujeros que podrían crear los hombres de su extécnico. Para esa labor contaron con los mejores especialistas: Marc Gasol y Zach Randolph. El internacional español logró su decimotercer doble doble del curso al anotar 14 puntos y atrapar 11 rebotes, además de repartir dos fabulosas asistencias (+19 para el equipo con él en pista). Marc no alcanzaba dobles figuras en dos apartados estadísticas desde hacía cuatro encuentros. Además, antes del partido recibió la camiseta que lucirá en el All Star Game como reconocimiento al haber sido elegido como titular en la Conferencia Oeste.

Por otro lado, su compañero en la pintura fue el máximo artillero del partido con 19 tantos. Ellos dos, más el siempre acertado Courtney Lee (15 tantos con un 60%), no permitieron que los Nets tuvieran un mínimo respiro. Cada movimiento de rebeldía para acercarse en el marcador, era repelido con contundencia. "No tenemos el poder anotador para estar 20 puntos abajo y remontar", admitió Plumlee, el más acertado en los de Brooklyn junto a Alan Anderson, ambos con 15 tantos.

El marcador final mostró la diferencia de potencial entre ambos equipos. Los Grizzlies (14 victorias en los últimos 16 partidos) son un equipo que baila a los Nets y su poder tiene un origen que no hay que olvidar: Lionel Hollins. "Me sorprendió que no llorase con todas las muestras de amor que le dieron los aficionados. Fue genial tenerlo de vuelta y verlo con esos trajes tan buenos", bromeó Tony Allen (12), uno de los pocos jugadores que aún sobrevive de la etapa Hollins junto a Randolph, Leuer, Conley y Marc. Mucho ha cambiado todo.