Los Golden State Warriors vencieron esta madrugada a los Minnesota Timberwolves (91-94) por superioridad tanto en calidad como en ambición y, por qué no decirlo, por algo de suerte. La del campeón podría ser. Los de La Bahía llegan al parón del All Star Weekend con dos cosas claras. La primera, que el trabajo realizado hasta la fecha ha sido increíble. Poseen, a estas alturas, el mejor balance de la NBA (42-9) y a un Stephen Curry en modo MVP. Y segundo, que el desgaste ha sido mayúsculo. Mucho esfuerzo para llegar hasta aquí y eso se acaba notando.

"Esto es increíble. El récord es increíble", señaló Kerr, entrenador de los Warrios y de la Conferencia Oeste en el Partido de las Estrellas. "Estoy realmente orgulloso de los muchachos, nunca he visto a un grupo que necesite más el All Star que ellos. Estamos muy lejos de nuestro estilo en este momento. Estamos cansados. No estamos haciendo nuestros cortes. La pelota ha dejado de moverse y necesitamos un descanso. Afortunadamente lo vamos a conseguir".

Los ejemplos más claros de la necesidad de descanso son los Splash Brothers, el espíritu de este equipo. Curry no estuvo muy acertado a pesar de anotar 25 puntos. Falló mucho y sólo consiguió anotar 9 de sus 23 tiros, siendo sorprendente su desacierto desde su posición favorita, la línea de tres. Hizo dos de sus 10 intentos desde el perímetro. Klay Thompson, por su parte, tampoco estuvo para tirar cohetes: 14 tantos (promedia 22) con una serie en el tiro de 5 de 24 (3/7 en triples).

Pero a pesar de todo ello, los de Oakland ganaron. Los primeros 24 minutos marcaron las diferencias entre uno y otro equipo. 10 puntos de diferencia (46-56) señalaba el marcador cuando se puso de nuevo el balón en juego en la segunda parte. Los de Flip Saunders consiguieron en ese periodo parar las acometidas de unos Warriors que se apoyaron de forma necesaria en su segunda unidad (Iguoadala, 4/4 para 8 puntos y Leandro Barbosa, 10). Los Wolves, lentamente, fueron escalando de la mano de cuatro de sus cinco titulares: Ricky Rubio, Kevin Martin (21), Nikola Pekovic (17-13) y Thaddeus Young (15).

El base sigue recuperando sensaciones. Todavía le queda mucho para alcanzar su mejor ritmo, pero en cada partido deja un adelanto de lo que veremos dentro de poco. Fue autor de 18 puntos, atrapó 9 rebotes y repartió 5 asistencias, además de robar 3 balones (uno de ellos de Top-10 de la jornada).

Con el base en pista, los de Minnesota llegaron a empatar el partido a 89 y ahí llegó el toque de Thompson. Consiguió un triple cuando todo se complicaba para el líder de la Liga (89-92) y tras los dos tiros libres convertidos por Pekovic y Curry (91-94) palmeó un balón en la última jugada que impidió que el balón llegase a su objetivo. Final y descanso merecido para los Warriors, los mejores de la NBA en este momento.