BARCELONA 87 - UNICAJA 79

El Barcelona se niega a perder

Voltea en un gran último cuarto un partido que tenía muy cuesta arriba (de 62-68 a 81-72 en menos de cinco minutos). Jugará su decimoctava final seguida en competición nacional.

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En el minuto 33, el Unicaja ganaba 62-68 y tenía comprimido al Barcelona en un partido que había dado un millón de vueltas (en sensaciones, en el marcador). Quedaba la última: menos de cinco minutos después el Barcelona ganaba 81-72. Visto y no visto, al Unicaja le cayó un parcial de 19-4 durante el que sólo anotó una canasta en juego contra un rival que se desató. Pareció una cuestión de fuelle, de profundidad y de la convicción que da la experiencia. Y ganar como costumbre: el Barcelona va a jugar su sexta final de Copa seguida, la decimoctava consecutiva en competición nacional (Liga, Copa, Supercopa). El dato es abrumador y define a un equipo que en las buenas y en las malas, compite: siempre. Desde que perdió la de Liga ante el Baskonia en 2010 sólo ha perdido finales ACB ante el Real Madrid: seis (tres de Supercopa, dos de Copa, una de Liga). El resto, títulos. Y eso pesó en ese último cuarto al que se llegó, después de bruscos cambios de guión, con todo por jugar (59-59). Territorio Barcelona.

El Barcelona ganó a pesar de sus defectos y gracias a sus virtudes de casi toda la temporada. La principal, una potencia de fuego que desde luego no ha tenido en las dos últimas campañas: llegó a la Copa como mejor tirador de triples de la ACB (casi un 41%) y ha suma en dos partidos un 25/42 (tremendo 59%), 4/4 en ese último cuarto. Uno de Oleson, como siempre quirúrgico, dos de un Hezonja feliz bajo presión y otro de Lampe, que debutó en la Copa avanzado el tercer cuarto y acabó siendo decisivo: 10 puntos, 4 rebotes y una movilidad que hizo daño al Unicaja.

Pascual se jugó el órdago sin Huertas, Navarro, Thomas o un Tomic que había sostenido al equipo hasta entonces (19 de valoración tras el 21 ante el Valencia). Y sin un Abrines con problemas físicos o el descartado Jackson. Satoransky, Oleson, Hezonja, Doellman y Lampe fueron los autores del break ante un Unicaja que se derritió cuando no pudo vivir de los errores del Barcelona. El equipo azulgrana perdió 10 balones pero sólo 3 en el segundo tiempo. El Unicaja arrasó en el rebote de ataque (7-16) pero no en el último cuarto (2-3). Y anotó 14 triples con un 50% pero se quedó en un 2/8 en esos últimos diez minutos. Con todo eso y un pobre 15/42 en tiros de dos, se le hizo demasiado largo el partido ante un rival que promedia en Copa 86 puntos y que llegó con dudas pero ha sorteado un camino en el que estaban Valencia Basket y Unicaja. Más difícil todavía.

En realidad, el Unicaja no encontró a sus referentes ofensivos en el momento crucial después de llegar por delante gracias a sus mecanismos colectivos (6/9 en triples en el segundo cuarto con una brillante circulación: hasta un 32-39), a la aportación de Suárez y Kuzminskas y al trabajo de mortero de Thomas y Green. Al final, ni un Granger hasta entonces notable ni Toolson o Vasileiadis (tres puntos entre los dos en el segundo tiempo). Ni siquiera Fran Vázquez y Golubovic hicieron daño al frágil juego interior del Barcelona, cuyo poco cuidado del rebote evitó la escapada azulgrana en el primer cuarto, cuando llovían triples de DeShaun Thomas.

En todo el tramo central del partido, el Barcelona fue a remolque. Por momentos pareció a punto de desplomarse pero llegó al final vivo y olisqueando el hachazo final. Es un equipo en el que ahora mismo Satoransky y Hezonja tienen más peso que Huertas y Navarro, Oleson es fundamental y Tomic el eje vertebrador. Con eso, y con altibajos pero un final de partido imponente, sorteó al líder de la ACB con 87 puntos y 101 de valoración. Y jugará la final: seis seguidas de Copa, 18 en ACB. Se mire como se mire, una barbaridad.