EL PERFIL

Russell Westbrook, el eterno reserva que decidió ser el mejor

A los 15 años perdió a su mejor amigo, Khelcey Barrs, y decidió "jugar por los dos". Dos pulseras en sus muñecas le recuerdan a 'KB' y su meta desde entonces.

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Russell Westbrook, el eterno reserva que decidió ser el mejor
Getty

Posiblemente febrero de 2015 sea un mes que quede para siempre en el recuerdo de Russell Westbrook. El base de los Thunder fue el MVP del All Star Game del 15 de febrero (anotó 27 puntos en 11 minutos y terminó con 41, a sólo uno del récord de Chamberlain) y cerró éste promediando un triple-doble (31,2 puntos, 9,1 rebotes y 10,3 asistencias), unos números que nadie conseguía desde una leyenda como Oscar Robertson. Westbrook (Long Beach, 12-11-88) está viviendo su sueño, pero también el de Khelcey Barrs, su mejor amigo de la infancia y que murió en una cancha de baloncesto a los 15 años por una anomalía en el corazón. Dos pulseras le recuerdan todos los partidos a su amigo: una naranja con la inscripción KB3 y otra azul con una pregunta “¿Por qué no?”.

Westbrook y su arriesgada camisa.

Ambos crecieron en Lawndale y tras jugar en Leuzinger, su plan era compartir también Universidad. Ahí Barrs tenía más novias. Mientras los Colleges de gran parte de Estados Unidos se interesaban por él, Westbrook pasaba casi inadvertido: Loyola Marymount, Creighton y Kent State. Cuando Barrs murió, el base californiano se decidió por UCLA, una de las más interesadas en su amigo fallecido. “Siento que juego por él”, llegó a decir Westbrook, que se propuso ser el mejor. Algo difícil para alguien que no era titular en el instituto y que no recibió su primera oferta de una Universidad hasta un año antes de comenzar el College. Él, en cambio, pensó: “¿por qué, no?”.

Aunque parezca difícil de creer, Westbrook no hizo su primer mate hasta los 17 años, pero sí que pasó horas y horas practicando con su padre después de la escuela. “Si él entrenaba de 7 a 9, después seguíamos de 9 a 11. Tirábamos 500 veces y si no metía tres canastas seguidas desde una misma posición el número se incrementaba”, recuerda su padre, Westbrook Sr. Todo ese esfuerzo tuvo recompensa. Tras promediar con UCLA 12,7 puntos y 4,3 asistencias, se declaró elegible en 2008 y fue drafteado por los Seattle Supersonics en el puesto 4. “Siempre recuerdo todo lo que me pasó: me recuerdo a mí sentado en el banquillo en el instituto, sentado en el banquillo en la Universidad… No me olvido de nada, eso me hizo trabajar duro”.

Todos esos recuerdos le han convertido en el mejor aliado de Kevin Durant en los Thunder, en MVP de uno de los cuatro All Stars que ha disputado ya y en un fijo en la selección de Estados Unidos, que ya le ha brindado dos oros, uno mundial (Turquía 2010) y otro olímpico (Londres 2012). Pero aparte de esto, este base, que soñaba de pequeño con ser como Magic Johnson, continúo sus estudios de Historia y Filología inglesa en la Universidad de California para dar ejemplo a su hermano pequeño (“Quiero mostrarle que este el camino a seguir”) y se ha convertido en un icono de la moda, aunque sólo para los más atrevidos: gafas sin cristales, camisas sin mangas, pantalones dos tallas menos, estampados retro y animal print, zapatillas con pinchos… Un genio en la pista, pero que tampoco pasa desapercibido fuera de ella.