RÉCORD INTOCABLE

El 72-10 de los Bulls, la proeza que sigue siendo inalcanzable

La derrota en Cleveland fue la número 11 para los Warriors, lo que hace oficial que un año más nadie llegará a las míticas 72 victorias de los Bulls Jordan en la temporada 1995-96.

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El 72-10 de los Bulls, la proeza que sigue siendo inalcanzable

La derrota del jueves de Golden State Warriors en Cleveland dejó a los de la Bahía de San Francisco con un balance de 44-11 (45-11 ahora tras su exhibición en Toronto). El equipo de Steve Kerr se convirtió así en el último en llegar a las once derrotas aunque sigue siendo el mejor equipo de la NBA (46-12 los Hawks). Con ello y de forma oficial la NBA cumple otra temporada en la que ningún equipo iguala o supera el legendario 72-10 de Chicago Bulls en la temporada 1995-96.

Los Warriors han podido, al menos, rebasar la barrera del All Star Weekend sin esas once derrotas, lo que ya de por sí tiene un extraordinario mérito, más si se tiene en cuanto el brutal nivel de la Conferencia Oeste. Hace un año, por ejemplo, el último equipo en llegar a las once derrotas fue Indiana Pacers (perdió en Orlando y quedó 39-11). Fue el 9 de febrero, antes del All Star y más de dos semanas antes del día 26 en el que sumaron esa anecdótica pero señalada derrota los Warriors.

Ese 72-10 de los Bulls de Michael Jordan, Phil Jackson y Scottie Pippen se ha ido convirtiendo en la metáfora de la temporada perfecta, o casi perfecta, una cifra a priori inalcanzable en la NBA actual pero a la que siempre se recurre en cuanto se reúne un equipo de nombres atronadores. Al ensamblaje de cualquier proyecto de aspecto especialmente rutilante le acompaña el debate en la pretemporada NBA: "¿Y se es este año? ¿Podrían estos…?..." Pero nadie puede. En los últimos tiempos ni los Celtics del Garnett, Pierce y Allen; ni los Heat de LeBron, Wade y Bosh; ni los arquitectónicos Spurs de Popovich. Ni por supuesto los Lakers de Nash, Gasol, Bryant y Howard que se descompusieron antes de nacer o, mucho antes, la unión estruendosa también en púrpura y oro de Kobe con Shaquille O’Neal, Karl o Malone y Gary Payton.

Esa barrera del 72-10 parece en efecto inalcanzable en la NBA actual. En aquellos míticos Bulls de la temporada 1995-96 coincidió un Este no demasiado competitivo con un equipo incapaz de no salir a ganar cada noche. Lo dirigía Phil Jackson y lo propulsaba, claro, el genio obsesivo de Michael Jordan. Todos los que formaban parte de ese equipo (entre ellos Steve Kerr, entrenador de los Warriors) han coincidido después en que habría sido imposible esa carga casi hipnótica de noches dando el máximo de no ser por el carácter estajanovista y caníbal de Jordan. Aquel equipo iba en ruta hacia el cuarto anillo, el primero del segundo threepeat tras la primera retirada y el paso por el béisbol de Air Jordan. Sólo perdieron un partido por más de diez puntos y si se suman los playoffs firmaron un total de 87-13 en 100 partidos redondos. Algo que nadie más ha conseguido en la historia de la NBA. También fue el año, tanto ha llovido, en el que debutaron en la NBA las dos franquicias canadienses: Toronto Raptors y Vancouver Grizzlies, hoy trasladada a Memphis.

Aquellos Bulls de la 95-96 jugaban con un equipo formado por Jordan, Pippen, Ron Harper, Dennis Rodman y Luc Longley. Y con Tony Kukoc como sexto hombre y Kerr o Bill Wennington como piezas importantes desde el banquillo. Nunca llegaron esos mismos Bulls de Phil Jackson a tanto. En el año siguiente, 1996-97, volvieron a hacer una temporada monstruosa pero se quedaron en 69-13. Y de ahí al 62-20 del sexto y último anillo antes del fin de la era Jordan. En el primer threepeat, entre 1990 y 1993, sus tres Regular Seasons se cerraron en 61-21, 67-15 y 57-25. Y en medio, en los dos años de transición mientras Jordan daba vueltas a su talento para el béisbol y recuperaba el apetito, se quedaron en 55-27 y 47-35.

Lakers y Mavericks se acercaron

Muy pocos se han acercado y nadie ha superado esa barrera en los años que han trascurrido desde el fin de la era Jackson-Jordan en Chicago. Ni siquiera en los años de lockout han bajado los mejores equipos de diez derrotas: en la 98-99, 50 partidos, los Spurs perdieron 13 (37-13). En la 2011-12, los propios y eternos Spurs y los Bulls acabaron 50-16 en una temporada de 66 partidos.

Pocos se han acercado tanto como los Lakers de, cómo no, Phil Jackson. En la 1999-2000 terminaron 67-15 después de ganar 19 partidos seguidos y en camino hacia el primero de los tres anillos logrados a lomos de Shaquille y Bryant. En la 2006-07, los Mavericks firmaron ese mismo 67-15 sólo para ser sorprendidos por los Warriors en una de las grandes proezas de la historia de los playoffs: 2-4 en primera ronda para los de Oakland. En 2011 por fin fueron campeones en una temporada, en cambio, en la que se quedaron en 57-25.

Más allá de las 15 derrotas comienzan las cifras más accesibles para los grandes equipos. En 66-16 terminaron en la campaña 2007-08 los Celtics, la primera y la del único anillo del Big-Three. Y también, un año después, los primeros Cavaliers del LeBron James que luego se estrelló contra Dwight Howard y sus Magic en final del Este. En Miami y junto a Wade y Bosh, LeBron firmó el mismo 66-16 en su mejor temporada, la 2012-13. En la pasada campaña San Antonio Spurs fue el mejor equipo de la Regular Season con veinte derrotas (62-20), una más que en la 2005-06 (63-19), la mejor (sin contar lockouts) de la era Popovich-Duncan. Y curiosamente entre dos temporadas en las que los texanos sí fueron campeones con 23 (2004-05) y 24 derrotas (2006-07).