R. MADRID 94-IBEROSTAR TFE. 85

Rudy, Sergio y Reyes ganan la batalla de anotadores

El Real Madrid sumó su octavo triunfo seguido en Liga en un duelo de marcada vocación ofensiva. Sikma, Richotti y Beirán, los mejores de un buen Iberostar Tenerife.

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Vocación ofensiva ante todo. Lo decía en la previa Alejandro Martínez, entrenador eterno del Iberostar Tenerife (undécima temporada seguida), y es así. Pero no sólo de puntos vive el baloncesto, claro. No hay gloria sin defensa. Los dos equipos se entregaron de salida a un frenesí encestador. Al Madrid le faltaba implicación atrás. Sikma anotaba al principio en la zona y luego desde cualquier lugar, incluidos dos triples (19 puntos al descanso). Y Richotti iba de fuera a dentro, imitando a su gemelo, a Carroll. Ambos mostraron las arrugas de la defensa madridista. Mientras, en el banquillo, Laso negaba con la cabeza. Lógico. Lo del técnico y lo de su equipo.

Era el quinto partido en los últimos diez días contando la Copa. El rival, en cambio, llevaba dos semanas preparando el duelo. Y no acusó la falta de ritmo, al contrario. Estaba ansioso por jugar, por hacerlo bien. Por ganar otra vez en el Palacio, como hace dos años. Eso sí, no contó con Sekulic, baja por lesión. Defensa al margen, el Iberostar se combinaba con diablura. Cerró el primer cuarto (25-26) con canasta in extremis de Saúl Blanco después de trenzar en segundos una jugada en la que de forma directa o indirecta participaron sus cinco jugadores. Con la sombra del descanso asomando, la renta visitante se estiró hasta los siete tantos (41-48). Los de Martínez incluso se habían sobrepuesto a un incendio: cuatro minutos sin anotar al inicio del segundo parcial (33-28).

Sergio firmaba acciones de enorme talento y Carroll seguía demostrando su buena forma. Y poco más. Un dato: en el momento de máxima gloria tinerfeña, el Iberostar repartía 14 asistencias por sólo 4 del equipo blanco. Precisa radiografía.

Tras el paso por vestuarios, el Real sujetó a Sikma y a Richotti, pero aparecieron San Miguel y Lampropoulos como rematadores del juego colectivo. La intendencia corría a cargo de Beirán. Estaba en todas partes: 15 rebotes, 5 asistencias y 2 robos (apenas 4 puntos, pero 22 de valoración). Reyes firmaba 13 tantos sólo en el tercer cuarto y Rudy se iba hasta los 19 (5 de 6 en triples) y 26 de valoración. En medio del tiroteo, el periodo se cerró con 32-24. Un envite difícil de aguantar.

El Madrid rebajaba el porcentaje de acierto insular; corría y pasaba. Olía a sentencia con cinco puntos de Llull y un triple de Rudy al inicio del acto final (86-76). Lo fue, aunque el Palacio aún se calentaría por una serie de decisiones arbitrales, incluida una técnica a Maciulis. Luego le cayó otra a Sikma y la batalla del jogo bonito se cerró por debajo de los cien puntos por el desacelerón final (94-85). Llueva o haga frío, que no fue el caso, ahí están Rudy, Reyes y los Sergios. Octavo triunfo seguido en Liga. Y presión para el líder, para el Unicaja.

Bourousis dejó el partido con problemas en un brazo

La mala noticia en el duelo ante el Iberostar Tenerife la puso el problema físico de Bourousis. El pívot griego recibió un golpe en un brazo a la altura del codo y tuvo que dejar el partido y ser trasladado al hospital para que se le realizaran pruebas. A priori no hay ninguna lesión importante, pero en el club blanco querían comprobar que era así porque el jugador sí tenía un fuerte dolor que le impidió seguir en pista tras el descanso.