BARCELONA 71-GIPÚZCOA BASKET 58

Abrines pone el despertador

El Barcelona gana en apenas seis minutos, en los que firma un parcial de 17-2 a lomos de Satoransky y Abrines. El resto, para olvidar. Mal Barça y muy limitado Gipuzkoa Basket.

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El Barcelona no se encuentra. Sigue sin encontrarse. Va sacando los partidos, en el Palau por pura inercia, y con eso va ganando lo que necesita ahora: tiempo. Tiempo para que recuperen el tono físico los tocados o recién recuperados (Abrines, Oleson, Huertas…) y tiempo para que Pascual desgaste el diván del psiquiatra que tiene un nuevo inquilino: Hezonja lleva tres partidos sin anotar. Tres (final de Copa, el del Alba y este ante el Gipuzkoa) en los que el equipo azulgrana ha sumado un total de 16/78 en triples. Tira muchos y mete pocos: no se encuentra. Entre partidos de entreguerras asoma, y no precisamente en el mejor momento, un momento determinante: esta semana visita al Panathinaikos y la próxima recibe al Maccabi en dos jornadas de las que saldrá a tiro o casi descartado de la lucha por el factor cancha en cuartos de final de la Euroliga.

Con las piernas cargadas tras cuatro partidos en una semana (Copa + Euroliga) y los nervios en momento delicado, este partido era una molestia que el Barcelona se quitó de en medio sin ningún brillo. Descansó DeShaun Thomas y apenas jugaron 17 minutos Huertas y 13 Tomic. Se trata de que unos descansen y otros lo aprovechen para coger ritmo, confianza a las dos cosas: cada uno lo que necesite. Para eso sirven partidos como este ante rivales con muy pocas opciones en el Palau. El Gipuzkoa ganó en su primera visita (2006-07) y ha perdido en las siete siguientes. Lleva en Liga cicno derrotas en seis partidos y sus asuntos tienen poco que ver con las angustias existenciales del Barça. Como jugaba la mejor defensa de la ACB contra el peor ataque, los donostiarras se quedaron en 58 puntos sin que el Barça hiciera ningún sobreesfuerzo especial. Durante muchos minutos, fue una lucha de Doblas contra el mundo, con Dani Díez apagado y Dean anotando a base de acumular tiros (14 puntos pero sólo 5 de valoración).

El Gipuzkoa, recuerdo, firmó un partido horrible en aquella mañana horrible que fue el partido de ida: 43-57, 10-28 al descanso. En total, le ha metido al Barça 101 puntos en los dos duelos directos. Y a pesar de su evidente inferioridad (mundos distintos) se mantuvo con vida hasta el minuto 26: 45-45. De ahí al final anotó 13 puntos en 14 minutos y encajó un parcial de 17-2 que había sentenciado el partido en el arranque de un último cuarto pésimo de los dos equipos (62-47, minuto 33). Al Barcelona le bastó apretar mínimamente en defensa y tener su única buena racha en el tiro. En el tercer cuarto, Abrines anotó 12 puntos y Satoransky sumó 6 y 3 asistencias. En ese parcial la diferencia en valoración fue de 40-4. Partido acabado en los cuatro minutos que llevaron del 45-45 al 61-47. Visto y no visto.

Después el Barcelona jugó un último cuarto en el que firmó un 3/18 en tiros de campo (el Gipuzkoa, 4/14… y 4 pérdidas de balón). Y antes, en los primeros 26 minutos, el equipo de Pascual había prolongado su descorazonadora imagen del último cuarto ante el Alba. Frío, sin ritmo y sin ninguna continuidad de juego, llegó al descanso (34-36) sin repartir ninguna asistencia (la primera llegó en el minuto 22), con un 1/12 en triples, sólo dos tiros libres lanzados y apenas 6 personales provocadas a un Gipuzkoa que ganaba jugando en pantuflas y gracias a la aportación de Dean y Doblas. Al Barça le bastó después un manotazo para ganar pero despejó muy pocas dudas. Al menos Pleiss le puso el carácter que sistemáticamente le ha faltado (10 rebotes) y Jackson se atrevió un poco más en el último cuarto. Pero a cambio Hezonja ha entrado en crisis nerviosa (tres tiros fallados, tres pérdidas) y el juego interior sigue resultando poca cosa cuando no está Tomic en pista. El partido no dejó conclusiones, ni mensajes, ni nada que llevarse al paladar más allá de la pelea de Doblas, las explosiones de Satoransky y el trance en el tercer cuarto de Abrines. El próximo partido, el de Atenas, sí nos contará muchas más cosas. A ver.