Hay algo malo cuando ganas a LeBron James y es no matarlo. Dejarlo con respiración. Y peor aún, es hacer escarnio de él cuando no está en su mejor versión, por un simple motivo: puedes despertar a la bestia. El alero de los Cleveland Cavaliers está desatado desde la derrota contra los Rockets, donde dos tiros libres fallados dieron la victoria a los de Houston. En el encuentro ante Boston dio una muestra de su poder y esta madrugada en el triunfo ante los Raptors (112-120) dio otra bofetada a los líderes de la Conferencia Este, colocando a su equipo a un paso, no ya de la tercera plaza, sino de la segunda.

LeBron estuvo soberbio con 29 puntos y 14 asistencias (igualó el récord personal de temporada). De esos 29, 14 fueron en el último cuarto. Tantos necesarios para llevarse un partido que se complicó en el tramo final debido al acierto histórico de Lou Williams, la metralleta de Canadá. El teórico sexto hombre de los Raptors alcanzó los 26 (los mismos que Valanciunas), 21 en el acto final que dieron vidilla al duelo. Esa anotación establece un nuevo récord de la franquicia, ya que el máximo en un periodo era de 20 (cinco lo habían logrado antes). Alan Anderson fue el último en hacerlos en un tercero contra los Knicks el 23 de marzo de 2013.