BARCELONA 88- FUENLABRADA 82

La historia sepulta al Fuenlabrada

Tomic y Satoransky aseguraron el triunfo para un Barcelona que volvió a jugar un muy mal último cuarto y que acabó apretado por un Fuenlabrada que está 0-17 en visitas al Palau.

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Pocas cosas más tozudas que una sólida mezcla de lógica e historia. La que tumbó a un Fuenlabrada que se dejó el espíritu en ello, el camino que le permitirá ganar otros partidos más accesibles, los que juega en su nivel y los que le deberían sacar de la zona de descenso en la que se mueve. Es un equipo que a veces parece mucho mejor y otros exactamente tan malo como dice la clasificación: 6-18. La lógica: los madrileños no ganan fuera desde su segunda salida, en Sevilla el 19 de octubre. Desde entonces, doce derrotas seguidas. Y la historia: 17 visitas al Palau, 17 partidos perdidos. Y por una media de más de 18 puntos.

El Fuenlabrada le puso agallas y algo más que maquillaje. Poco antes del descanso ya rondaba el descabello (42-32) y en la segunda parte tuvo más de un pie fuera del partido: 57-40, 65-49… y 80-66 a falta de cuatro minutos y antes de un parcial de 2-12 que puso un 82-78 del que salió el Barcelona a base de tiros libres, sin más sobresaltos gracias a algunos errores cruciales del Fuenla, casi todos de un Akindele que pasó de 35 de valoración la semana pasada a 3 y una evidente sensación de inferioridad frente a Tomic. Como casi todos los pívots de Europa, en realidad. Panko cumplió escrupulosamente (21 puntos, 25 de valoración) y Javi Vega anotó tres triples sin fallo en busca de una remontada imposible con poca aportación de Burtt y con el juego kamikaze de Mayo, una ruleta rusa capaz de meter y sacar a su equipo del partido... en cada cuarto. El sábado ante el Obradoiro seguirá la pelea para un equipo al que no le queda otra que hacerse fuerte en su pista.

Justo es reconocer los méritos del equipo de Hugo López, que volvió a un Palau en el que le tocó ejercer de primer espada tras la expulsión de Laso en el cuarto y definitivo partido de la última final. Y conveniente insistir en los problemas de un Barcelona que jugó otro último cuarto nefasto. Como hace una semana en pista del Gran Canaria (23-13). Como en Bilbao (20-13), Santiago (26-10) o en la visita del Alba Berlín, resuelta en la prórroga tras un inexplicable 18-31 en los últimos diez minutos. Un Barcelona al que le cuesta horrores tener continuidad, superior a casi todos los rivales por posibilidades de plantilla pero demasiado aficionado a dispararse en el pie y a jugar con fuego hasta se quema, casi siempre fuera del Palau. El Barça se escapó con un corte limpio en cuanto puso intensidad y concentración pero volvió a dejar vivo a un rival en la UVI. Al final resolvieron sus tres jugadores más estables de las últimas semanas: Doellman, Satoransky y un Ante Tomic que sigue con sus números de futurible (ya veremos) NBA: 26 de valoración en 20 minutos.

Huertas y Jackson aparecieron y desaparecieron aunque fueron importantes en el último cuarto. Navarro abrió la brecha con dos triples tras el descanso (50-35 tras más de cuatro minutos sin anotar del Fuenlabrada) y Oleson mostró progresos con una muñeca que le tenía abandonada desde su lesión. Thomas jugó un buen partido hasta que hizo la quinta falta todavía en el tercer cuarto. El problema del Barcelona, en realidad, estuvo en el puñado de jugadores que tienen la rotación en carne viva, más sin Abrines. Hezonja sigue en paradero desconocido tras la final de Copa y se fue a -7 de valoración en menos de trece minutos. Lampe apenas jugó, Nachbar apenas se esforzó y Pleiss volvió a ser la madre de todos los desastres. No porque no anotara, que también, sino porque con él en pista el Fuenlabrada creció de forma exponencial: resucitó. Pascual le dio casi siete minutos en el último cuarto y su presencia de mantequilla coincidió con una tonelada de rebotes de ataque que propulsaron el regreso al partido del Fuenla. Una de cal, cuatro o cinco de arena. Así está siendo la temporada del alemán. Y de algunos otros. Y así, con sensaciones encontradas casi en cada partido, marcha el Barcelona. El siguiente examen, en Belgrado.