THUNDER 109 - BULLS 100

Westbrook despierta a tiempo y agranda la herida de los Bulls

Russell no arrancó bien, pero fue entonándose para acabar decidiendo. Pau fue de más a menos y Mirotic anotó 17 puntos en un último cuarto heroico. El rebote (52-33), decisivo.

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Puede que no lograra un triple-doble (lo habitual en estas últimas semanas), pero Russell Westbrook completó un partido sensacional (36-11-6) para acabar (109-100) con unos Bulls que ven cómo se agrava su hemorragia: llevan cinco derrotas en los seis últimos partidos. El base fue de menos (apenas firmó dos tantos en el primer periodo con un paupérrimo 1/8 en tiros) a más (sumó ocho puntos en el último minuto y medio). Justo lo contrario que Pau Gasol. El ala-pívot sostuvo con un 12-5 a Chicago en un primer cuarto (17-15) para olvidar: 13/53 en lanzamientos entre ambos equipos. A partir de ahí se fue diluyendo conforme crecía la figura de un memorable Nikola Mirotic. El montenegrino hizo todo lo contrario a lo que sus críticos le achaban durante su etapa como madridista: echarse el equipo a la espalda. Aportó 17 de sus 27 puntos (su segunda mejor marca en la NBA) en los 12 minutos finales.

Pero como decíamos, enfrente se encontró a una máquina llamada Westbrook (robó un balón fundamental y tuvo un mayor cuidado para no repetir la escandalosa cifra de pérdidas de las tres noches anteriores). "Tenemos que seguir compitiendo cada noche", destacó tras la victoria que, momentáneamente, coloca de nuevo a OKC en zona de playoffs. Si los Pelicans ganan en unas horas a los Nuggets, los de Scott Brooks volverían a ocupar la novena plaza de un Oeste tan impredecible como competitivo. Mientras tanto, los de Illinois quedan relegados al cuarto puesto del Este. Que se anden con ojo, que la ventaja de campo pueda incluso peligrar en la primera ronda.

Pero lo cierto es que vivimos el partido de las ausencias. Las continuas lesiones han mermado a ambas franquicias como a ninguna otra a lo largo de la temporada. Esta tarde, los Thunder se presentaron sin Durant y sin Ibaka (con molestias en la rodilla derecha) y los Bulls, aunque recuperaron a un aguerrido Noah (el francés fue el mejor visitante tras Mirotic), siguen sin poder contar con Jimmy Butler, Derrick Rose y Taj Gibson. Demasiado para un equipo en el que la severidad del coach Thibodeau empieza a pesar en sus 'hombres sanos'. Un buen ejemplo lo encontramos en Pau Gasol. El catalán ha perdido fuelle y llegó exhausto al momento decisivo, en el que pasó desapercibido. Es más, y aunque convirtiera un triple marca de la casa desde la esquina que supone su noveno de la temporada  y un nuevo récord personal para su carrera, hoy hay que darle un toque. Se vio superado por el empuje e intensidad de los interiores locales. Tanto Enes Kanter (con 10 rebotes en el primer periodo estableció la plusmarca de la franquicia de capturas logradas en un solo cuarto) como Steven Adams firmaron un doble-doble. Entre los dos se dispararon hasta los 32 puntos y 29 rebotes. Pero el descalabro bajo la pintura (52-33, con 17 rechaces ofensivos para los truenos) no sólo se debió a Pau. La culpa fue general. Quizá el cansancio tuvo algo que ver. El propio Thibs reconoce las dificultades de manejar la carga de minutos entre sus hombres. Véase Joakim Noah.

Así que con esta inesperada superioridad en la pintura, OKC logró compensar sus 16 pérdidas. Cumplieron sus hombres altos y también sus exteriores: Waiters, Augustin y Anthony Morrow (un triple suyo sentenció a 40 segundos para la conclusión) lograron 11 tantos cada uno. Así, poco a poco, fueron definiendo ante unos Bulls que no le perdieron la cara al partido, pero que fueron a remolque durante casi toda la mañana de Oklahoma City. Al aguerrido trabajo de Noah (y al estelar papel de Niko), sólo se puede añadir la buena labor de E'Twaun Moore. Brooks tuvo uno de sus momentos microondas antes del descanso, pero terminó desnortado. Como su equipo, que acabó cediendo ante el ímpetu de un jugadorazo como es Russell Westbrook (son ya 20 los partidos de este curso en los que ha llegado a los 30 puntos). En el Chesapeake Energy Arena ya no sólo le cantan a Kevin Durant lo de MVP.