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GRAN CANARIA 76 - PINAR KARSIYAKA IZMIR 66

El Granca, al infierno turco con una renta de diez puntos

El Pinar Karsiyaka se mostró como un equipo sólido pero su menor fondo de armario le pasó factura en el último cuarto.

Actualizado a
El Granca, al infierno turco con una renta de diez puntos
Elvira Urquijo A.EFE

Tal y como se desarrolló el partido de ida, el Herbalife Gran Canaria afrontará con confianza el segundo partido de su eliminatoria de cuartos de la Eurocopa ante el Pinar Karsiyaka. Tras 30 minutos en los que los otomanos incomodaron muy mucho a los amarillos, la intensidad defensiva local subió, y los turcos, que habían repartido los minutos en apenas seis jugadores, notaron el cansancio y por primera vez el Granca se separó claramente para acabar el choque con una ventaja de diez que le sabe casi a gloria (76-66).

El base americano Bobby Dixon cogió pronto el mando de las operaciones y ya no lo soltó hasta el final para convertirse en el mejor del encuentro. Tras el 0-5 inicial los isleños despertaron, una vez más apoyándose en el acierto anotador de Kyle Kuric. Pero la defensa de los de Aíto no era buena, concediendo canastas fáciles al inteligente ataque rival. Con Dixon manejando el tempo y DJ Strawberry y el ex amarillo Juan Palacios anotando, el Herbalife no pudo en ningún momento traducir su delantera en el luminoso en una renta siquiera significativa. El primer cuarto, ya con Albert Oliver en pista, se cerró con el 22-17, y sin que los canarios hicieran mal las cosas pero tampoco demasiado bien, el Karsiyaka fue haciendo la goma hasta alcanzar el descanso con empate a 42.

Todo siguió más o menos igual tras el paso por vestuarios, y tras una canasta del animoso Brad Newley el Gran Canaria obtuvo su máxima ventaja en el cuarto, solo 4 puntos (57-53). Dixon se tomó un respiro y Strawberry lideró a los suyos, con un Oliver cada vez más entonado en los amarillos. El tercer cuarto acabó con 57-55, y el público temiendo que la vuelta sería aún más complicada con una renta tan corta. Pero el Karsiyaka empezaba a dar muestras de fatiga y a no ser el mismo, mostrando sus carencias y su menor banquillo.

Los otomanos nunca perdieron la cabeza y mantuvieron su estrategia, con ataques largos y muy dinámicos. Pero el Granca subió, definitivamente, su nivel en la pintura propia, y entre Kuric y Oliver llevaron el marcador a un +12 que nadie esperaba, y que pudo incluso aumentarse. Los de Aíto se fueron contentos, sabedores de que para hacer historia alcanzando por vez primera unas semifinales europeas, tendrán que sobrevivir en una pista que quemará, ante un oponente que tiene buenas armas, pero conscientes también de su superioridad como conjunto. Todo se resolverá la semana próxima.