En 2010 los Cavaliers cedieron en la segunda ronda de playoffs ante los Celtics, a la postre subcampeones tras caer en las Finales con los Lakers. Ese verano, LeBron hizo las maletas para recalar en Miami. Desde entonces, Cleveland no ha vuelto a disputar la postemporada. Una mala racha que se ha visto rota este año, precisamente el mismo en el que el cuatro veces MVP ha regresado a Ohio. Tras superar con esfuerzo a los Pacers (95-92), el equipo de David Blatt se aseguró su presencia en las eliminatorias por el anillo. Tras los Warriors y los Hawks, líderes destacados de cada una de las dos Conferencias, es el tercer equipo que lo consigue.

Por primera vez en su carrera, la temporada de jugadores de la talla de Kyrie Irving y Kevin Love no acabará a mediados de abril. "Es algo increíble. No puedo esperar", reconoció el base de origen australiano y MVP del último Mundial. Pero, una vez más, los focos fueron para LeBron James. El resfriado que padece no le impidió vestirse de corto y con 29 puntos (13 en el último cuarto), siete rebotes y cinco asistencias acabó con unos escurridizos Pacers. Nada nuevo para el alero, quien ya derrotó con los Heat a Indiana en las dos últimas finales del Este: "Siempre que juegas contra ellos es así. Cada posesión es importante".

George Hill y Roy Hibbert fueron los mejores en los de Frank vogel, pero no pudieron evitar la cuarta derrota consecutiva. La buena noticia es que Paul George realizó el calentamiento antes del partido y de aquí a una semana podría volver a jugar tras lesionarse la pierna de gravedad a principios del pasado mes de agosto. Mientras tanto, el Quicken Loans Arena lleva camino de convertirse en un fortín. Con este son ya 15 los partidos consecutivos que lleva sin ver una derrota en casa de sus Cavs.