Ya no hay vuelta atrás. Tras 19 temporadas en la NBA, Steve Nash dijo adiós definitivamente en una rueda de prensa en El Segundo, las instalaciones de entrenamiento de Los Angeles Lakers, su tercer equipo en la Liga junto a Phoenix Suns y Dallas Mavericks. "Simplemente quiero que la gente me recuerde como un competidor y un gran compañero de equipo", admitió el base canadiense, uno de los jugadores más grandes que han pisado una cancha de baloncesto.

Nash se va después de dos temporadas aciagas como oro y púrpura. Las lesiones acabaron con el ganador de dos MVP's de la Liga Regular, el lanzador más preciso de la historia (90,43%) y el tercer máximo asistente de todos los tiempos (10.335). La pierna, los problemas musculares y la espalda dieron al traste con sus últimos coletazos como jugador: 67 partidos las dos últimas temporadas. A los 41 años su cuerpo dijo basta y la decisión, aunque difícil, era bastante clara.

"Realmente pensaba que podía seguir un año más. Pretendía ignorar los signos que me empujaban a la retirada. Hice todo lo que podía hacer para estar bien esta temporada", aseguraba Nash. "Creo que estaba en tan buena forma como cualquiera en el training camp, pero cuando me levanté una mañana con tanto dolor fue cuando empecé a pensar en lo largo y duro que se me iba a hacer este año y en lo que sería capaz de hacer. No iba a ser capaz de ayudar al equipo esta temporada. Al final estaba claro y la decisión ya estaba tomada antes incluso de que yo me pronunciara".

El canadiense se va de la NBA sin un anillo de campeón como otros grandes de la NBA. "Estoy muy enfadado por no haber conseguido un anillo en mi carrera, pero al mismo tiempo estoy orgulloso porque me dejé todo en la cancha y tuve una tremenda carrera. Hay grandes jugadores que tampoco tienen un anillo y que seguro que se sienten como yo. Pero mi etapa jugando ha sido increíble".

"Eso es lo que hace interesante mi historia, nunca fui una apuesta segura. Tuve que trabajar mucho para llegar al más alto nivel. Hubo muchos factores, pero sobre todo hubo mucho trabajo duro. Creo que mi historia es algo de lo que los niños pueden aprender y algo que pueden contar. Me siento bien de poder dejar algo así detrás como mi historia", señaló un Nash que informó de su retirada a través de Player Tribune el pasado sábado. Una despedida que fue meditada, que no se decidió a la ligera. El base se tomó 10 días para meditar todas sus opciones. Se reunió con el gerente general de los Lakers, Mitch Kupchak, y se apoyó en su familia y amigos para tratar de ser honesto antes de tomar la decisión definitiva: un adiós agridulce.