REAL MADRID 92 - MOVISTAR ESTUDIANTES 66

El Estudiantes choca contra Reyes y Sergio Rodríguez

Los dos excolegiales fueron los más destacados de un Madrid que supo cambiar el paso en defensa. De perder por ocho (23-31) a ganar por 22 (70-48) en solo 16 minutos.

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El Movistar Estudiantes aspiraba a completar el círculo, a vencer al Madrid en casa y fuera en la misma Liga por primera vez en doce años. Su sueño, sin embargo, se esfumó en cuanto el Real se puso serio atrás y cerró su aro. Nacho Martín anotaba, pero tuvo problemas de faltas; Aradori se iba a canasta, pero no acertó una de lejos (0 de 5 de tres), y Simpson batallaba desbordado por el talento vecino. Gano el Madrid, y ganó bien. Le sobró incluso el último cuarto.

En los nueve primeros minutos el Estudiantes había sumado 27 puntos, y para que alguien los meta otro tiene que recibirlos. Papel, el de encajador, que desempeñó el Madrid con buena cara hasta que en un tiempo muerto Laso intentó que sus jugadores sintieran algo de vergüenza por su labor defensiva. “27, nos han metido 27… Triples solos, mates…”, gritaba el técnico.

La renta colegial alcanzó los ocho tantos (23-31, minuto 14), pero el Madrid ya había reaccionado. Cambio radical. Empezó a currar atrás y asfixió al Estudiantes: 21-3 de parcial en seis minutos. Lo hizo, además, con Sergio Rodríguez muy incisivo (10 puntos en ese tramo) y con otros cuatro jugadores que también salieron desde el banquillo: Carroll, Maciulis, Slaughter y Bourousis.

Rudy las había metido de tres, Ayón y Reyes seguían tendiendo entre ellos puentes de plata… Pero el bloque perreaba atrás. No funcionaba 48 horas después de desquitarse ante el Maccabi en un partido clave. La Euroliga marca ahora el paso y se nota los fines de semana. Quizá por eso, Laso podría plantearse apostar en algún encuentro por los menos habituales de principio a fin. El vitoriano, sin embargo, suele repetir que necesita a todos sus hombres en todos los partidos. No le gusta regalar minutos, ni hacer distinciones muy marcadas entre competiciones o rivales. Le ha ido bien casi siempre ser fiel a sí mismo. Lo vimos en el tercer cuarto, donde repitió el quinteto inicial. Ahora, sí, implacable. Con Llull, Ayón y Reyes castigando al Estudiantes con severidad. Javi Salgado no fue esta vez un factor en el derbi.

Hablábamos de fidelidad, la misma que no tuvo el equipo colegial con una táctica que tantos réditos le había dado ante los grandes, frente al Madrid y el Barça en la primera vuelta. Nos referimos a la táctica del conejo, de la que ha presumido alguna vez Txus Vidorreta. Te escondes en la madriguera, vas por detrás en el marcador y no sales hasta que el favorito ya se siente ganador. En esta ocasión enseñó las cartas muy pronto y dejó al enemigo un amplio margen de reacción que no desaprovechó.

Los del Ramiro chocaron además contra dos ex sin nada de lo que arrepentirse: Felipe Reyes y Sergio Rodríguez. Entre ambos sumaron 31 puntos y 38 de valoración. Inalcanzables. El Madrid dejó en apenas 10 puntos al Estu en el segundo cuarto (ninguna pérdida, ningún rebote defensivo cedido y sólo un triple recibido de nueve intentos) y en 11 en el tercero. Elevó el parcial hasta un 47-17 en 16 minutos (del 23-31 al demoledor 70-48 ya con Campazzo en pista). Y colorín colorado, el derbi se cerró un cuarto antes de lo previsto.