Tras más de tres meses, el Top-16 llegó a su fin. Los playoffs de la Euroliga están a la vuelta de la esquina (arrancan el martes de la próxima semana). Y en ellos, como suele ser habitual, habrá dos equipos españoles: Real Madrid y Barcelona. Podría haber un tercero, el Laboral Kutxa, pero los vascos no aprovecharon el regalo que les hizo el Fenerbahçe al derrotar al Efes y cayeron ante un Unicaja que sólo se jugaba la honra. Una lástima. Precisamente el Anadolu Efes será el rival de los blancos, mientras que el Olympiacos griego es el último escollo que se interpone entre el Barça y la Final Four de Madrid.

ANADOLU EFES

Entre los temibles equipos que coexistían en el grupo F (CSKA, Fenerbahçe, Olympiacos...), al Madrid le ha tocado el menos malo a priori: el Anadolu Efes turco. Es lo que tiene quedar primero de grupo, algo que el Madrid no conseguía en un Top-16 desde 2011, cuando el formato era diferente y había cuatro grupos de cuatro equipos y no dos de ocho. Para empezar a hablar del Efes, hay que hacerlo de Dusan Ivkovic (dos Euroligas a su espalda). El veterano entrenador serbio llegó al club el pasado verano con el objetivo de reflotar una nave en peligro de hundimiento. Y por el momento lo ha conseguido: marchan terceros en la liga turca, ganaron la Copa al Fenerbahçe en la final y han conseguido regresar a los cuartos de la máxima competición continental.

Así que avisados quedan quienes piensen que los otomanos serán una perita en dulce. Ya ganaron en el Abdi Ipekçi al Madrid en la primera fase con un palemo ganador de Matt Janning, aunque luego cayeron en el Palacio (Barclaycard Center es su nuevo nombre) con contundencia (90-70) en la vuelta. Puede que el Efes no sea un bloque tan compacto como otros equipos, pero cuenta con alguno de los mejores jugadores del Viejo Continente. Nenad Krstic parece haber dejado atrás los problemas físicos que le han lastrado en los últimos tiempos. Si está bien, se trata de un 'cinco' capaz de decidir partidos por sí solo. Volverá a verse las caras con su amigo Ioannis Bourousis, a quien le dio un sillazo (literal) durante un amistoso entre Serbia y Grecia. Volverán a saltar chispas en la pintura. A su vez cuentan con uno de los mayores talentos de los últimos tiempos, un Dario Saric cuyo futuro está en la NBA, pero que sueña con ganar la Euroliga antes de dar el salto. Su buena mano, técnica individual y polivalencia le permiten jugar tanto por fuera como alero como por dentro de ala-pívot. Tras un inicio complicado, ya está totalmente adaptado al estilo de Ivkovic. Ya es presente, pero sobre todo futuro (acaba de cumplir 21 años).

No es la única jóven perla que brilla en el primer equipo turco en ganar un título europeo y en disputar una Final Four. Cedi Osman (20 años) está llamado a liderar el baloncesto turco. En el partido de ida ante el Madrid ya dio muestras de su descaro y de lo que es capaz de hacer con sus 16 puntos y 23 de valoración. De la dirección de los otomanos se encargan Dontaye Draper (un jugador que es mucho más que el especialista defensivo que demostró en la capital de España) y un Thomas Heurtel que tras abandonar el Baskonia a mitad de curso ya fue elegido MVP de la Copa. Además, cuentan en su columna vertebral con jugadores con la experiencia de Stephan Lasme, Milko Bjeliça y Stratos Perperoglou.

OLYMPIACOS

El rival del Barcelona es de sobra conocido por todos. El Olympiacos empieza y nace en Vassilis Spanoulis (uno de los mejores jugadores europeos sel siglo XXI). Pero el equipo griego va más allá del genial base. La presencia de Sloukas hace que los tres veces campeones de Europa cuenten con una primera línea peligrosísima. Sfairopoulos tiene muy definido su quinteto con Spanoulis, Mantzaris, el exmadridista Tremell Darden, Printezis y Dunston como pívot. Un equipo con calidad y muy físico, experto en manejarse en los finales apretados (mucho cuidado con Spanoulis, quien decisiones arbitrales al margen, se mueve como pez en el agua en este terreno). Desde el banquillo suelen salir Lafayette, Matt Lojeski, Othello Hunter y Brent Petway, hombres que mantienen la tensión competitiva al máximo.

Al inicio del curso, el club de El Pireo se sobresaltó cuando Bartzokas (el técnico con el que ganó la Euroliga de 2013 tras superar en aquella increíble final al Real Madrid) anunció su dimisión. Tras un periodo de interinidad en el que Milan Tomic estuvo al fente, Giannis Sferopoulos ha devuelto la calma a la entidad. Por ello comandan su competición doméstica por encima del Panathinaikos, el equipo que les eliminó de la Copa griega en cuartos por un ajustado 76-77.

El Olympiacos llegó a las Final Fours de Estambul (2012) y Londres (2013) en calidad de cenicienta y acabó alzando el trofeo. El año pasado se quedó fuera de Milán, pero obligó al Madrid de Laso a sudar hasta el final en el quinto partido de la eliminatoria. Y es que los helenos pueden tener mejor o peor plantilla, pero una cosa es segura, saben competir como pocos. Dura piedra en el camino la que le ha tocado a los de Pascual. El Olympiacos, todo un hueso.