Cuando LeBron James anunció su regreso a Cleveland Cavaliers el pasado 11 de julio, la cosa ya pintaba mal para Miami Heat, una franquicia que se había acostumbrado al éxito y a la gloria a lomos del Rey y que un año después de disputar y perder las Finales de la NBA ante San Antonio Spurs se ha quedado fuera de los Playoffs. Es el octavo equipo en la historia de la competición al que le ocurre esto después de Sant Louis Hawks (1962), San Francisco Warriors (1965), Boston Celtics (1970), Milwaukee Bucks (1975), Phoenix Suns (1977), Chicago Bulls (1999) y Los Angeles Lakers (2005). El conjunto de Florida había disputado los partidos por el título de las últimas cuatro temporadas, ganando dos anillos (2012 y 2013).

La sombra de King James (27,1 puntos, 6,9 rebotes y 6,3 asistencias la pasada campaña) ha resultado ser demasiado larga y tampoco han ayudado los problemas físicos de Dwyane Wade, que se perdió siete partidos seguidos en noviembre y otros tantos entre finales de enero y principios de febrero. Pero, sobre todo, ha sido crucial la grave dolencia de Chris Bosh, que también estuvo inactivo durante ocho partidos en diciembre por una lesión muscular. Un coágulo en los pulmones, por el que tuvo que ser ingresado en un hospital, apartó al ala-pívot de las canchas desde el 20 de febrero. Un total de 36 partidos sin uno de los componentes del Big Three que revolucionó la Liga han sido un lastre demasiado grande para los Heat de un atribulado Erik Spoelstra, que pese a la incorporación de Goran Dragic (16,6 puntos) y la explosión de Hassam Whiteside (11,8 y 10 rebotes), no han podido meterse en los Playoffs. Hasta el momento de su baja, Bosh estaba promediando 21,1 puntos y 7 rebotes por encuentro. Solo Wade, debido precisamente a la ausencia de su compañero, ha anotado más: 21,5.

Luol Deng, ha cumplido (14 tantos y 5,2 capturas), como Mario Chalmers (10,2), pero a Miami le han faltado mimbres para evitar algo que se veía venir cuando se conoció la triste y preocupante noticia del adiós a la temporada de Bosh. Ni el genio de Wade ha conseguido obrar el milagro, que no ha sido posible también por el sprint final de Indiana Pacers (7-3 en los últimos diez partidos), cuya agónica victoria ante Toronto Raptors ha sido la puntilla para los Heat.