Los Lakers jugaron su último partido de la temporada con un quinteto formado por Jabari Brown, Vander Blue, Ryan Kelly, Jordan Hill y Tariq Black. No hay mucho más que añadir: paliza (99-122) ante unos Kings sin Cousins ni Rudy Gay. Con sólo ocho jugadores en la rotación y tres titulares que no estaban a principio de curso, los Lakers se limitaron a rematar en mínimos históricos sus propios mínimos históricos: 21-61, su peor marca de siempre con su peor porcentaje de triunfos de siempre, 25%. Un año negro que sigue al 27-55 de la 2013-14: 48 victorias en dos temporadas, cifra que los Lakers han igualado o superado en 36 temporadas de una historia dorada que pende ahora de un fino hilo: si su ronda de draft cae por debajo del quinto puesto, se irá a Philadelphia y congelará aún más la reconstrucción que tiene que comenzar, ahora de verdad, en L.A. Como cuarto peor equipo de la temporada, tienen casi un 12% de opciones de llevarse el número, un 38% de elegir un top-3… y lo que es más importante, un 83% de posibilidades de asegurar uno de los cinco mejores jugadores…y no quedarse sin nada.

Desde que se lesionó Randle nada más empezar la temporada y en cuanto Kobe Bryant superó a Michael Jordan y también cayó lesionado, los aficionados de los Lakers no tenían más ocupación que encajar golpes, rezar por esa ronda de draft y ver crecer al prometedor Clarkson, una buena noticia del último draft para un equipo que casi nunca ha vivido en la era moderna de buenas noticias del draft. Además, Jabari Brown jugó en el simulacro ante Sacramento otro partido con el que ganarse un contrato la próxima temporada: 32 puntos y unas cuantas oportunidades aprovechadas. En los Kings, Derrick Williams anotó 22 puntos, McLemore 24 y McCallum 19. Y hasta Stauskas se fue a 14. Un núcleo joven que debería crecer al lado de Cousins y Gay para unos Kings que cierran otro año decepcionante (29-53). Y van…