El Granca no logra la proeza y el Khimki es el nuevo campeón

No pudo ser. El Gran Canaria debía hacer el más difícil todavía ante el Khimki en Rusia para conquistar el primer título de su historia, y no pudo ser. Remontar 25 puntos era una proeza épica. Vamos, era como hacer funambulismo a 100 metros del suelo, subido a un monociclo mientras realizaba malabares con dos motosierras. Casi imposible, aunque siempre hay esperanza. Pero esta tiene un límite en la propia realidad.

El Khimki fue otra vez, como en la Isla, una máquina perfecta. Vencieron este segundo encuentro por 83-64, para un global en la eliminatoria de +44. Encabezados por el MVP de la competición y de la final, Tyrese Rice (29 puntos en esta eliminatoria), los rusos acabaron con la idea de una remontada en la primera mitad. Apoyados por su acierto desde la línea de tres puntos (5/11 hasta el descanso) iban, pulgada a pulgada, ampliando la ventaja en el encuentro y en la eliminatoria (del 5-0 inicial al 45-30 en la primera mitad). Los amarillos se veían sometidos por Rice, Augustin y Paul Davis, que siempre encontraban la línea recta, el camino más rápido, hasta la canasta.

Mientras, los de Aíto, desanimados por este arranque de poder, realidad y a las dos rápidas faltas de Tavares, contemplaban como el aro rival se cerraba (1/10 en triples). Solo el caboverdiano y Newley anotaron más de 10 puntos al final de los 40 minutos, con 17 (más 10 rebotes) y 12, respectivamente.

Y ahí murió el encuentro, la segunda parte fue una continuación de la primera. A pesar de un pequeño arranque canario, que les acercó a 11 (45-34), nada podía cambiar el nombre del campeón de esta edición de una Eurocopa donde el Granca ha hecho una competición sublime, batiendo el récord de partidos ganados (21). Solo este último capítulo empeña una imagen de grandeza que debe llenar de orgullo a todos los aficionados amarillos.

El Khimki, tras esta magnífica final, dominando ida y vuelta, es el nuevo señor de la competición, reemplazando al Valencia Basket, repitiendo una gesta que ya se logró en Treviso hace cuatro años y comprando, como premio extra, un billete para la próxima Euroliga.