BARCELONA 79- OBRADOIRO 57

Triunfo fácil ante Riley... y Nacho

El equipo de Pascual empieza dormido pero rompe el partido sin ningún problema en el tercer cuarto. Riley y Stan Van Gundy vieron a Hezonja. Nacho Muñoz, con el Barcelona.

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En el Palau pasaron cosas interesantes… pero casi todas fuera de la pista. En la grada estaban Pat Riley (presidente de Miami Heat y leyenda integral de la NBA) y Stan Van Gundy (entrenador y presidente de Detroit Pistons). Vieron poca cosa de un Hezonja del que ya tendrán una tonelada de informes amontonados en el despacho (4 puntos, tres triples fallados, dos pérdidas y, eso sí, un mate de concurso).

Y en el banquillo, con el dorsal número 40 y al lado de un paternal y feliz Juan Carlos Navarro, estaba Nacho Muñoz, el niño de 5 años con la enfermedad de Dent (40 casos en España) al que el Barcelona fichó hace un mes y convocó para este partido. Su partido y su sonrisa valen más que cualquier otra cosa que pasara en el Palau o que vaya a pasar en toda la temporada del baloncesto español. Su sonrisa, con un bonito impulso del Barcelona, tiene mucho más que ver con las cosas importantes de la vida que cualquier de las otras cosas que suceden en el deporte (a veces lo olvidamos), que a su vez se humaniza y se abraza a su verdadera razón de ser con gestos como este. Así que no sé si Nacho le debe una al Barcelona pero sí sé que el Barcelona, y todos, le debemos una a Nacho y a todos los niños como él. Todo lo que sea recaudar, concienciar y humanizar, bienvenido sea. Falta hacen en muchos casos lo primero y lo segundo y falta nos hace tantas otras veces lo tercero. A todos.

La gomina de Riley y la sonrisa de Nacho vieron un partido que apenas disimuló su poca trascendencia. El Barcelona ganó y sigue (casi) tan anclado al tercer puesto como si no lo hubiera hecho. El Rio Natura Monbus perdió y está (casi) tan lejos como estaba de la octava plaza y de los playoffs. A ambos les quedan unas jornadas para ver pasar la competición: los gallegos haciendo balance y los catalanes preparando la defensa de su título, otra vez desde la tercera plaza y otra vez con la obligación de salvar la temporada a última hora. Sin Navarro de nuevo, el Barcelona ganó con la misma autoridad incuestionable pero sin el brillo de Zaragoza: dos de dos tras el funeral de El Pireo, que es poca cosa pero es algo. Ganó cómo y cuándo quiso, dejando claro que el Obradoiro no está para demasiados trotes en este fin de curso. El equipo de Pascual sesteó de salida y sesteó en el último cuarto. Empezó horrible (2-9, 7-13…) pero convirtió un 24-28 en un 50-32 en diez minutos reales de partido (del 15 al 25: parcial de 26-4). Y sin más solventó un choque que terminó casi sin haber empezado.

En ese tercer cuarto de break, el Obradoiro se quedó en 3 rebotes y concedió 8 de ataque a un Barcelona que tiró once tiros más. El equipo de Moncho Fernández sumó en ese tramo más pérdidas (6) que valoración (4 para un 31-4 total). Kleber, el héroe en el triunfo gallego en la ida, puso tres tapones en el primer cuarto pero anotó sus únicas dos canastas en los últimos minuto de partido. Waczynski llevaba al descanso 15 de los 30 puntos de su equipo (34-30) pero sólo anotó 5 en la segunda parte. Con absoluta docilidad, el Rio Natura Monbus entregó el partido aunque a Pascual le puso de los nervios la dejadez de su equipo para evitar los puntos de Triguero y Nankivil en el último cuarto, en el que la ventaja tocó techo en 79-53.

Durante el rato que estuvo espabilado, el Barcelona arrasó con galería de mates de Satoransky, Thomas y Hezonja. Tomic y Pleiss tuvieron poca oposición aunque no estuvieron especialmente brillantes, Huertas alternó luces y sombras (más de lo que puede decir de la mayoría de sus partidos de los últimos meses) y Doellman maquilló al final sus números. Ningún jugador del Barça estuvo más de 23 minutos en pista y el domingo, otra vez en el Palau, otra vez ante un equipo que apenas se juega anda (el Estudiantes) y otra vez rumiando el chasco europeo con los playoffs ACB todavía lejos. Estas semanas serán largas pero con victorias lo serán un poco menos, claro.