HAWKS 107- NETS 97 (3-2)

Los Atlanta Hawks se salvan de otro susto ante los Nets

El equipo de Brooklyn llegó a los dos últimos minutos sólo dos abajo (97-95). Al Horford (20 puntos) y Teague (20) resolvieron la papeleta al final.

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NBA

Quién pensaría que la serie entre los Atlanta Hawks y los Brooklyn Nets iba a ser una de las más divertidas no sólo de la Conferencia Este, sino de los playoffs de la NBA. Era de ciencia ficción intuir que los Nets, octavos clasificados con tan solo 38 victorias, pudieran dar en un lapso tan corto tantos sustos seguidos a los Hawks, un equipo que ha maravillado por su juego reflejo al de los Spurs campeones. Pero ahí están. Son una auténtica pesadilla. Débiles y en las últimas, desconocen el término rendición. No pueden hacerlo, pues sin querer tienen armas para dotar de eficacia a su ataque y de seriedad a su defensa, y aunque esta madrugada no hayan conseguido rematar la hazaña de asaltar Georgia (107-97), aún tienen la oportunidad de alargar la serie a siete encuentros y ese último duelo es una ruleta rusa: un buen día y la machada de eliminar a un aspirante al anillo está hecha.

Y eso que el inicio del encuentro no daba esa sensación. Los Hawks tenían muy presente lo ocurrido en los dos partidos en Brooklyn. Entrar en la cancha sin la única y exclusiva idea de herir al contrario y rematarlo cuando tratase de coger aire, era un error fatal. Por ello, el juego que desplegaron en los primeros 12 minutos fue el de una orquesta bien afinada, en la que cada instrumento volvía de nuevo a saber cuál era su lugar. La conexión entre los hombres de Budenholzer (9 asistencias en este inicio) era milimétrica, simplemente perfecta. Al igual que la entrega. Korver perdía un balón, Carroll lo recuperaba inmediatamente. Horford anotaba, a continuación robaba la pelota. Resultado: 33-16 al descanso.

Los Nets mientras tanto comunicaban. Se veían sobrepasados en todas las facetas del juego. Asistencias, robos, rebotes... solo en pérdidas superaban con amplitud a los Hawks y esa no era una buena señal. Además, tenía enfrente a un, otra vez, inspiradísimo DeMarre Carroll que se acostó con 23 tantos, 19 de ellos antes del descanso. El remate al moribundo se anunciaba en Georgia, hasta que llegó Anderson. 14 tantos (3/3 en triples) en el segundo cuarto (23 al final), permitían a los Hollins hacer la goma. La estiraban al máximo, pero no la rompían. Habían cogido un aire (48-42) que Korver trató que soltaran lo antes posible.

El yerno perfecto se unió a Teague tras el descanso para evitar más sorpresas de última hora. El base no tenía problemas de acelerar el ritmo de juego para sobrepasar a un Deron Williams que una vez más fue Hyde (5 puntos). Con dos contataques abrió un hueco (57-46) que el especialistas desde el perímetro agrandó con tres triples (82-70) durante el tercer periodo. Nada mal para 12 minutos de inspiración. El problema es que no eran los únicos presentes con esa capacidad.

Joe Johnson y Jarret Jack estaban en la casa. Dejaron primero que Bogdanovic se luciera con 5 puntos seguidos, para combinarse a continuación y hacer 20 entre los dos. Cuando Jack acabó el tiroteo (12 tantos en el último cuarto), Joe Johnson cogió el relevo (8). La lluvia de triples fue un absoluto caos para un Budenholzer que miraba pasmado todo lo que sucedía sobre el parqué. 87-85, 90-89, 97-95... Increíble. Era imposible dar crédito a esta sucesión de acontecimientos. Al Horford, genial durante todo el partido, dominador tanto en ataque (20 puntos y 5 rebotes ofensivos) como en defensa (10 capturas y dos tapones), tuvo que salir al paso con una canasta vital (99-95) para ganar un partido que rebañó Teague con seis puntos seguidos más. Ambos pusieron un orden que condenó a Brooklyn cuando el viento golpeaba a su favor. Ahora será el invicto en esta serie Barclays Center quien viva el sexto duelo. ¿El último? No lo creo.