James Harden lleva sentado en su sofá desde el pasado miércoles. Cuatro días en los que ha podido analizar virtudes y defectos de Los Angeles Clippers. Cuatro días para pensar en cómo superar la defensa de Chris Paul y la intimidación de DeAndre Jordan y Blake Griffin. Para pensar en cómo abrir balones a Trevor Ariza, Terrence Jones, Josh Smith o Jason Terry si no ve opciones de entrar hasta el aro. Porque ahí reside la primera fuerza de estos Rockets. En cómo Harden gestiona la defensa que hacen sobre él, las ayudas, que serán muchas.

El estado físico de Chris Paul puede determinar la serie, obviamente. Cojo, clasifico a los Clippers para las semifinales, y no se sabe cómo va a empezar la serie. Sufrió un pinchazo de esos que duelen más en frío y que le hace ser duda para el Game 1. "Sí, sí, mucho", reconoció Doc Rivers, al ser preguntado sobre si estaba preocupado. "No estoy seguro", dijo, sobre las opciones del base.

Volviendo a la serie. Los Rockets explotaron contra Dallas la conexión Josh Smith-Dwight Howard. Ese pick&roll entre dos amigos que se conocen de toda la vida y que termina, el 90% de las veces, en mate de Superman. El ex de los Lakers se ha reencontrado a sí mismo en los Playoffs. 16,6 puntos, 13,8 rebotes, tres tapones... Y ante Tyson Chandler, nada menos, que tuvo problemas en frenar ese pick&roll con la poca ayuda que recibía de Nowitzki y Stoudemire. DeAndre Jordan y Blake Griffin son otra cosa, especialmente el segundo, más rápido en la defensa, en los movimientos. Jordan es un muro en la restricted area. No así cuando tiene que salir al poste, donde sufre más.

Se enfrentan dos equipos que juegan rápido, muy rápido. Houston bajo ese nuevo dogma del lanzamiento exterior a la mínima oportunidad. Sin media distancia. O fuera, o dentro. La transición defensiva de los Clippers, especialmente de los exteriores (Redick, Crawford, Barnes), tendrá que estar a la altura para evitar el correcalles de McHale.

En ataque, Doc Rivers sabe que tiene ventaja en el perímetro, donde Houston carece de especialistas defensivos. Chris Paul, Redick y Crawford pueden hacer daño a una línea exterior donde sólo Corey Brewer es un defensor de garantías. Por dentro, Josh Smith y Terrence Jones para contener a Blake Griffin, que lleva unos Playoffs de auténtico escándalo: 24,2 puntos, 13,2 rebotes y siete asistencias.