ROCKETS 101 - CLIPPERS 117 (0-1)

Griffin (26-14-13) alarga la fiesta de unos Clippers sin Paul

A pesar de la ausencia de base all star y del cansancio acumulado, el equipo angelino ganó a los Rockets en Houston con un triple-doble impresionante del ala-pívot.

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NBA

Apenas 48 horas después de vencer a los campeones Spurs en un memorable séptimo partido de primera ronda de los Playoffs, los Clippers se presentaban en Houston para iniciar las semifinales de la Conferencia Oeste ante los Rockets con Chris Paul, el héroe de ese sábado noche, vestido de calle por lesión. Una baja por esos ya famosos pinchazos en el muslo izquierdo que terminaba de convencer a los más escépticos de lo épico de la hazaña del base all star ante San Antonio, con esa canasta ganadora por encima del gran Tim Duncan. Y pese a la ausencia de su pequeño general y al cansancio acumulado por una serie eterna e inolvidable, el equipo angelino asaltó el Toyota Center (101-117 y 0-1) ante 18.231 espectadores que tuvieron que rendirse ante la clase, la calidad, la potencia y el genio de Blake Griffin. Impresionante su triple-doble: 26 puntos, 14 rebotes y 13 asistencias. Impresionante su presencia en pista. Sorprendente su conducción del balón, subiéndolo incluso en algunos ataques y convenciendo, esperemos que de una vez por todas, a los que solo ven en la fuerza bruta de un dunker. Notable su defensa a Jones (4 tantos) y Smith (9). Y 8/10 en tiros libres...

Empezaron mejor los Rockets, en algo más de un cuarto y medio de buen juego en el que llegaron a tener 13 puntos de ventaja después de dos triples consecutivos del ex-ACB Pablo Prigioni (11 tantos y 3 asistencias). James Harden (20 y 12), no se sabe si afectado por no ser el MVP de la temporada, tiró menos de lo que acostumbra y cometió 9 pérdidas, algunas de ellas en momentos importantes. Entre Austin Rivers (17 puntos) y Jamal Crawford (21) asumieron con acierto la dirección del juego de los Clippers en ausencia de Paul y poco a poco fueron haciéndose con un partido que estaba dominando Howard (22 tantos, 10 rebotes y 5 tapones) con su intimidación en ambos tableros. Resistió Houston hasta que entre Barnes (20), Rivers y Redick (17) pusieron por delante al equipo angelino (69-68, min 32). Justo antes de acabar el tercer cuarto, un triple a tabla de Crawford llovido del cielo hizo mucho daño a los de Kevin McHale, que ya fueron a remolque hasta el final del partido.

El momento clave legó a 7:02 del final, cuando Barnes detuvo el intento de remontada de los Rockets, que se habían colocado a un solo punto (88-89) tras gancho de Howard, con un tiro letal desde la distancia, cuyo acierto repitió poco después y que fue seguido por otro triple esta vez de Crawford. Un 0-8 demoledor, labrado con una circulación de balón excelente y vistosa, que dejó ya sin reacción a un equipo texano que dejó un final de partido preocupante por su falta de actitud ante la adversidad y por alguna que otra pérdida más que sumó para alcanzar las 23, una burrada —aunque es cierto que los Clippers extraviaron 21 balones—. Tras este magnífico triunfo, que prolonga la fiesta del equipo de un Doc Rivers muy guasón con el público de Houston, y con la posible vuelta de Paul en el segundo duelo, la eliminatoria toma color angelino.