LeBron James sufrió la telaraña de Tom Thibodeau: 19 puntos, 15 rebotes y 9 asistencias pero 6 pérdidas, un 9/22 en tiros, apenas dos tiros libres lanzados y sólo 4 puntos en el último cuarto. Para la defensa de los Bulls es una bendición que no estén ni Kevin Love ni JR Smith (que volverá para el tercer partido) porque así pueden cerrar mucho más su defensa sin la amenaza de los dos tiradores, que suelen abrirse para despejar el tráfico y permiten así que Kyrie Irving y el propio LeBron disponga de mucho más espacio.

LeBron ha asumido que su partido no fue precisamente brillante y que su equipo va a necesitar mucho más de él si quiere eliminar a los Bulls de Rose, Butler y Pau Gasol: “Sé que no jugué un buen partido y que tengo que mejorar”, reconoce un James que estuvo especialmente obtuso en los ataques importantes de los últimos minutos. Además tiene claro que a nivel colectivo tienen que hacer también un mejor trabajo: “Tenemos que mejorar mucho en ataque. Tengo que ver vídeos del partido para poder analizar muchas cosas pero creo que jugamos con demasiada precipitación”.

LeBron promedia en estos playoffs 25,4 puntos, 10,2 rebotes, 7 asistencias y 2,4 robos. Son, como casi siempre, números extraordinarios, más si se tiene en cuenta que apenas tuvo que forzar la máquina en la serie ante Boston Celtics. Sin embargo, está en un 45,5% en tiros de campo, su peor media de lanzamientos desde las eliminatorias de 2008, en las que se quedó en un 41,1%. Su dato actual contrasta enormemente con el 56,5% de la pasada temporada, en la que jugó la final con Miami Heat pero fueron claramente superados por San Antonio Spurs.