HAWKS 106 - WIZARDS 90 (1-1)

Los Hawks aprovechan la ausencia de Wall y empatan

La baja del base por una lesión en la muñeca lastra a unos combativos Wizards que resistieron hasta el último cuarto. Al Horford (18 puntos) fue decisivo para Atlanta.

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Es extremadamente difícil y arriesgado meterse en la jaula del león sin las protecciones necesarias. Una teoría bastante simple que los Wizards comprobaron en este segundo encuentro de semifinales de Conferencia en Atlanta. Los de Washington entraron en el partido con la ausencia de John Wall por una lesión en el muñeca izquierda. El base, jugador franquicia y pilar maestro del proyecto capitalino, sufrió esa dolencia en el primer choque de la eliminatoria. Faltó y se notó. No hay vuelta de hoja. Pero, a pesar de ello, los hombres de Wittman cayeron con honor y combatividad (106-90) y el alivio, de que tras el mal trago de ver empatada la serie (1-1), ahora toca viajar a casa para disputar los dos próximos partidos de la serie.

La ausencia de Wall afectaba necesariamente a los Wizards. El base promedia 17,4 puntos en estos playoffs y, lo que es más importante, 12,6 asistencias (líder NBA en postemporada en este apartado). Una generosidad que, nombre por nombre, nadie puede igualar en Washington. Su sustituto natural, Ramon Sessions, acumulaba 3,1 desde que aterrizó vía Sacramento (2,2 en playoffs). Muchos puntos de diferencia para repartir entre sus compañeros.

Y esa carencia se notó en la primera parte. Nerviosos y noqueados, Washington soltó la cadena a unos Hawks que encontraron por el camino del medio la forma más fácil de ir del punto A al B. Una lógica tan pura que una y otra vez utilizaban para destrozar a unos rivales que naufragaban en los amaneceres del encuentro. Atlanta sólo renqueaba en los triples en la primera parte. Menos mal. La escabechina hubiera sido de órdago al contrario. Acabaron los primeros 12 minutos con un 52% en tiros de campo (3/8 desde el perímetro) y del 4-2 inicial se finalizó el primer cuarto con un apacible 28-20. Los de Budenholzer se sentían seguros. Los Wizards caían en los mismos errores en ataque en cada posesión y ellos sólo tenía que jugar a lo que están acostumbrados, aunque con una marcha menos.

Pero el mar se fue agitando por esta marcha menos. Paul Pierce dio empujones a los suyos para que salieran de la cueva. Triple a triple metía a los capitalinos en un partido que los Hawks no supieron finiquitar cuando lo tenían más fácil. Korver, con un 1/7 desde el triple en los primeros 24 minutos, mostró lo que sería el inicio del segundo periodo para Atlanta: un abismo increíble.

No se podía comenzar peor un tramo de partido. Los de Budenholzer no encontaron por mala suerte, algunas veces, y por el nivel defensivo de los Wizards, otras, la manera de encestar. Estuvieron más de dos minutos sin anotar y la opción de lanzar cerca del aro era una quimera para ellos. Los lanzamientos desde el perímetro fue el único bálsamo. Del 53-52 al 68-66, los Hawks lograron cuatro triples y una jugada que finalizó en tres tiros libres. ¿Es mejor dar pasos largos que cortos? Sí, pero el problema no era ese. El problema residía en que no existía movimiento ágil de balón, ni de jugadores. No había rapidez en el traslado de la pelota de una mano a otra y esa ausencia de ritmo era impensable de ver en estos hombres hace apenas un mes. Y un problema mayúsculo.

Washington respondía a esos embites y a la maravillosa actuación ofensiva, una vez más en estos playoffs, de Carroll con Beal y... Sessions. El sustituto de Wall se soltó finalmente a la vuelta de vestuarios. Anotó 10 puntos seguidos, sumando tres triples al final del encuentro algo que no conseguía desde abril de 2012, y junto al escolta, empujó el marcador hasta el primer empate desde el 0-0 inicial (71-71). Partido nuevo. Bola para unos capitalinos que no llegaron a creérselo del todo y dejaron un hueco. Lo justo para que Horford resolviera el asunto al coger el testigo de un Carroll que sumó su sexto duelo en esta postemporada con 20 o más puntos. Sólo él y James Harden lo han conseguido. Tela.

El dominicano dio una lección a su equipo (y a un Nené que lleva en busca y captura desde el inicio de los playoffs). Con arrogancia y maestría conectó seis puntos seguidos, abriendo un camino donde los suyos circularon mejor (93-83, tras triple de Antic). Los espasmos capitalinos duraron dos movimientos más. Pierce (tan querido en las tierras de Georgia como en las de Canadá) y Beal recuperaron algo del terreno perdido (95-88). Vana ilusión. Korver solo, muy solo, excesivamente solo devolvió el +10 que fue la estocada definitiva para unos capitalinos que esperan recuperar a Wall para el primero en un Verizon que no quiere romper la tendencia: Atlanta lleva 15 semifinales de Conferencia perdidas, la última vez que superaron esta fase fue en 1970. Ayer mismo, como quien dice.