FINAL FOUR MADRID 2015

Bjelica, MVP de la Euroliga

El ala-pívot del Fenerbahçe ha sido elegido el mejor de la temporada. Ha promediado 11,9 puntos y 8,6 rebotes. “Puede jugar hasta de base, esa es la clave”, dice Obradovic.

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Bjelica, MVP de la Euroliga
Aykut Akici Aykut Akici

Muchos apuntaban a Milos Teodosic como MVP del curso, en su mejor temporada en la Euroliga al frente del CSKA, el equipo que ha llegado con más victorias a esta Final Four (25 y sólo tres derrotas). También tenían opciones Vassilis Spanoulis, Felipe Reyes y Boban Marjanovic (todos en el mejor quinteto del campeonato), pero el ganador fue un pupilo de Obradovic, el serbio Nemanja Bjelica (2,09 m y 27 años desde el pasado 9 de mayo). Un jugador que creció durante tres temporadas en nuestra Liga Endesa, en el Baskonia, antes de marcharse al Fenerbahçe Ulker, y que llama ya a la puertas de la NBA. Pero antes quiere hacer historia con el equipo turco en su primera presencia en una Final Four. Suya y del club.

Bjelica, que sucede en el palmarés a Sergio Rodríguez, ha promediado durante el curso 11,9 puntos (57% en tiros de dos, 35% en triples y 70% desde la personal), 8,6 rebotes, 1,9 asistencias, 1,2 robos, 0,7 tapones y 18,3 de valoración. “Podría jugar hasta de base, esa es la clave”, dice de él Obradovic. En esa labor de dirección le puso Pesic en su etapa en el Estrella Roja pese a sus 2,09. Ahora se mueve como ala-pívot, comienza los ataques en la esquina, abriendo el campo y esperando los desajustes para tirar de tres liberado, recibir y penetrar, o pasar e irse al poste bajo. Velocidad, bote, salto... Calidad, en una palabra. Una piedra y de las grandes en el camino del Madrid en esta Final Four.

Su entrenador intentaba centrarle tras el galardón en la misma rueda de prensa: “Tenemos un problema, este chico es el MVP y ahora hay que preparar un partido”. El premiado recogía el guante: “Haber llegado hasta aquí es un momento histórico para el club y para muchos jugadores del equipo, pero vamos a seguir luchando, vamos a por el título”. Parece que hay hambre. A la Final Four llegan todos con ansia de títulos, queda claro.