ANÁLISIS | SFAIROPOULOS

Giannis Sfairopoulos, la revelación del año quiere más

Tras toda una vida en los banquillos, con la temporada ya empezada el Olympiacos se puso en las manos de este aprendiz de Gherson, Giannakis… Puro carácter.

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Giannis Sfairopoulos, la revelación del año quiere más
Rodolfo Molina DIARIO AS

Giannis Sfairopoulos llegó al Olympiacos ya comenzada la temporada tras un inicio decepcionante que se llevó de por medio a Bartzokas. Milan Tomic (ahora asistente) se hizo cargo de los del Pireo de manera interina a la espera del sustituto ideal: Sfairopoulos. Hasta entonces, este hombre nacido en marzo de 1967 en Tesalónica (Grecia) había dedicado buena parte de su trayectoria a trabajar como asistente. Es uno de esos locos de los banquillos, que desde bien pronto optan por la labor de entrenar en vez de dedicarse a jugar. Así, con apenas 19 años, debutó en las categorías inferiores del Apollon Kalamarias, club del que tomó las riendas definitivas en 1994. Tras tres temporadas, le llegó su primera gran oportunidad como ayudante en el histórico PAOK de Salónica.

Entre 2001 y 2004 trabajó como miembro del cuerpo técnico de la selección griega. En los Juego de casa, los de Atenas, coincidió con Giannakis. Precisamente, volvería a trabajar para él durante su primera etapa en el Olympiacos. Aunque en sus primeros años en los del Pireo trabajó a las órdenes de otra leyenda de los banquillos: el israelí Pini Gherson. Habiendo aprendido de dos de los técnicos más admirados en la historia del Viejo Continente, se hizo cargo entre el 2008 y 2011 del Kolossos de Rodas. No le faltaron responsabilidades por aquel entonces: compaginó el cargo con las tareas de ayudante de Kazlauskas en la selección helena durante el Eurobasket 2009 y el Mundial de 2010.

Así que cuando el lituano fue el elegido para reemplazar a Messina en el CSKA, este no se lo pensó dos veces y Sfairopoulos aterrizó en Moscú de la mano del lituano. Los rusos completaron un año de ensueño con un Kirilenko estelar, pero en el último segundo, una canasta de Printezis (precisamente quien ahora es su capitán) dio el título a los griegos en uno de los finales más antológicos que se recuerdan. Esa fue ya su última experiencia a la sombra de. Tras el ‘fiasco’ de aquella Final Four de Estambul, regresó a casa para hacer del Panionios el tercer mejor equipo de Grecia, sólo superado por los dos grandes de Atenas. Todo apuntaba que seguiría un curso más allí, pero los acontecimientos se precipitaron y en noviembre de 2014 recibió su primera gran oportunidad. “Sé muy bien donde me meto, el objetivo es pelear por todos los títulos”, anunció al ser presentado. Y hasta el momento ha demostrado manejarse a las mil maravillas bajo presión, superar la plaga de lesiones con ricas innovaciones tácticas y derrotar al Barcelona en un tremendo playoff de cuartos de final. Así es Sfairopoulos, puro carácter en un club tan visceral como competitivo.