El Bilbao sonroja al Valencia y tiene a tiro ya la cuarta plaza

La guerra por la ACB tiene muchas batallas. Una es por el liderato. Otra, un poco más abajo, se ciñe a contar con ventaja de campo en el primer playoff. Y en esas andan Valencia, Bilbao y Joventut. Lo tenía en su mano el cuadro taronja, que vive otra vez en el túnel. Le quitaron su cuarta plaza (esa que puede maquillar su campaña tormentosa) como un abusón saca el balón al pequeño angelito. Acompaña un gran año con otro gris y un tercero insípido, en el orden que quieran. Y venga riadas de dinero para cambiar las paredes de la casa. La Fonteta acabó entre abucheos después de un despropósito. Juan Roig tendrá que ir otra vez al supermercado del baloncesto a llenar el carro de figurones.

También hay que verlo desde el otro lado: el Dominion Bilbao ha recuperado el pulso a la categoría. Si por él fuera, que acabe ya mismo la fase regular. Está en el punto dulce, el que le catapultaba en la primera vuelta. Como mínimo será quinto, pero quiere el premio gordo. Llevaba casi cuatro meses sin ganar fuera y cortó la tendencia en la pista más apropiada, arrebatando esa cuarta plaza al Valencia. Si cae el Joventut en uno de los dos partidos que le quedan, los 'hombres de negro' serán cabezas de serie en los cuartos de final por el título. Claro que se se ha ganado depender de sí mismo y puede sellarla si bate al Unicaja en casa. La lógica marca un Bilbao-Valencia y por lo visto hoy, los vizcaínos le han comido la moral a los valencianos, a los que ha sometido las dos veces este año.

El partido se resume en los seis segundos que restaban para acabar, con 73-76. Los tiburones bilbaínos iban como motos a morder presa para hacer falta. Cerraron tan bien las líneas de pase que Ribas se comió los cinco segundos en la banda sin sacar. Sí puso, en cambio, el balón en acción el visitante y acabó con mate de Latavious. Colofón a un partido áspero, físico, con mucho contacto, lo que se pidió el cuadro taronja. Pero aunque la carrocería que le lleva a Sito Alonso por esta Liga no es prodigiosa, sí cuenta con una voluntad y una cabeza privilegiada.  

El Dominion dio otro ejemplo de coherencia, ante un grupo de estrellas en el que cada una desfila por su cuenta y lo que mejor parecen hacer es protestar. Lo suyo es impotencia. No fue el mejor partido de la reserva: Andjusic y Dejan no se metieron en faena, pero ya saben que están para dar un poco de oxígeno a los primeros espadas, y Borg no jugó. Los bases dan un combustible increíble; sí, porque cuando Colom y Raúl, cruciales en el despegue, se alían en buen tono parecen imparables. Así van cayendo tantos finales apretados para este equipo. Quino siempre encontró en la esquina al cuatro letal.

La sabiduría, esa ciencia de viejos lobos de mar, hizo que no se escapara la cuarta plaza provisional para el Bilbao. Enséñale un premio así a Hervelle, Raúl López y Mumbrú y a ver cómo se lo quitas luego. Su clarividencia a estas alturas choca con la ceguera valenciana. Jugaron con la ansiedad local y supieron aguantar los dos o tres arrebatos de rigor. Lo cimentó en el segundo cuarto y en la salida del tercero, ahí donde ha ganado unos cuantos, parecen miles, partidos este año.

Marko Torodovic sufrió lo indecible cuando le llevaron a defender a su compatriota Dubljevic. Acumuló faltas como un campeón. Es un toque de atención para el jugador del Barcelona, que cuando se siente dominador es un portento de NBA pero si le dirigen a una zona de espinas con gente grande y física se queda muy liviano. Van Rossom estuvo certero un rato, pero al otro lado había un tipo grande con alma de base: Mumbrú, que si pone cara de estar disfrutando, date por muerto. Un parcial de 0-11 comandado por Raúl fue el primer movimiento magistral en la partida de La Fonteta. Regresó Ribas tras tres partidos lesionado y dio cierto resuello.

Hervelle completó la escabechina con sus tiros abierto. Bertans andaba perdido. Sí, como Spanuolis ante el CSKA hasta que sacó el machete de cortar almas. En cuanto se enchufó, el Valencia perdió la poca cabeza que le quedaba. Dos triples consecutivos de Vives fueron compensados por otros dos del letón. Ribas, Dubljevic y un incisivo Lucic estrecharon el marcador: 66-67, (min 36). Era la última prueba. ¿Se escaparía algo así al Dominion como ocurrió en Santiago? Raúl López negó el tembleque con los tiros libres. Échale el guante a estos tipos. Historia viva del baloncesto mundial.