REAL MADRID

“Hemos vuelto a poner al Real Madrid en el lugar que merece”

Apenas 14 horas después de ganar su novena Euroliga, el Madrid la paseó para ofrecerla a la afición y a las instituciones. Slaughter volvió a ejercer de maestro de ceremonias.

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Tras la conquista de la Novena, llegaba el momento de ofrecer el trofeo a la afición. Rostros cansados, ojeras, voces roncas... El rastro de una larga noche de euforia y celebración. Aun así, el Real Madrid cumplió y, como es tradición, visitó en la mañana de ayer la sede de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento.

La expedición partió del Bernabéu con algo de retraso. Al subirse, incluso Nocioni se confundió de autocar. Su mente estaba todavía en la fuente de la diosa Cibeles, adonde acudió en plena madrugada. El MVP se quedó con ganas de más. “Postureo”, explicaría después en la Real Casa de Correos. Allí les recibió el aún presidente madrileño (las elecciones están a la vuelta de la esquina) Ignacio González. “Sería algo extraordinario volver a veros por aquí como campeones de Liga. Esta etapa mía aquí no podría tener un final mejor”, comentó. Antes, Felipe Reyes fue el encargado de dar el discurso: “Hemos vuelto a poner al Madrid en el lugar que merece. La próxima vez que vengamos que hable Laso, que lo hace muy bien”. Las risas se desataron.

Balcón. Así llegó el momento de asomarse al balcón de una Puerta del Sol que hacía 20 años que no veía una Copa de Europa. El trofeo llegó custodiado en buenas manos, las de un sonriente Jaycee Carroll. Todo listo para que los seguidores presentes en el Kilómetro 0 disfrutaran en grande con los jugadores (Pablo Laso se quedó en un discreto segundo plano: cedió todo el protagonismo a sus hombres). Y cómo no, con Marcus Slaughter. El pívot estadounidense volvió a demostrar su madridismo y micrófono en mano ejerció de maestro de ceremonias: “¡Campeones, Campeones!”. “Esto es lo mejor de ganar un título: celebrarlo con nuestra gente”, confesaba. Un madridista feliz.

Faltaba acudir al Palacio de Telecomunicaciones. Aguardaba Ana Botella. “Os lo merecéis más que nadie”, proclamó con orgullo la alcaldesa. Los actos llegaron a su fin, pero una muchedumbre esperaba en la calle Alcalá. A modo de pasillo, coreaban los nombres de sus héroes mientras estos regresaban al autocar. “La afición nos ha llevado en volandas”, destacó Rudy. Sin ella, el paseo a la Novena no hubiera sido posible.