ATLANTA HAWKS-CLEVELAND CAVALIERS

Los Hawks se interponen entre LeBron James y su sueño

El mejor equipo del Este es la última barrera que le queda al jugador de Akron para situar a Cleveland en las Finales de la NBA, algo que no ocurre desde 2009.

0
Los Hawks se interponen entre LeBron James y su sueño
AFP AFP

Mi objetivo número es ganar el campeonato en Cleveland, sería el mayor logro de mi vida”, anunció LeBron James el pasado 9 de agosto, el día que volvía a Akron, su ciudad natal, por primera vez en un acto público desde que anunció su retorno a los Cavaliers tras dos anillos en cuatro temporadas en los Miami Heat. Y por el momento, el cuatro veces MVP de la NBA no ha mentido. Uno a uno, ha resuelto todos los obstáculos hasta llegar de nuevo a la final del Este. La quinta vez en los últimos cinco años y en las cuatro anteriores superó la barrera que lleva a la grandeza: las Finales de la Liga. Un espacio que desconocen en Ohio desde 2009 en la primera etapa de James en los Cavs. Seis años y parece una eternidad. Sólo el segundo equipo de la NBA este curso, los Atlanta Hawks de Mike Budenholzer, los San Antonio Spurs del Este, se interponen ante una sana costumbre que LeBron no quiere perder con su tercer anillo, el primero para la franquicia, en el horizonte.

Los Datos

Enfrentamientos en la 2014-2015: 3-1.

ATLANTA HAWKS

Balance: 60-22 (Vencieron a los Nets en 1ª ronda y a los Wizards en semifinales).

Quinteto más usado: Jeff Teague, Kyle Korver, DeMarrell Carroll, Paul Millsap y Al Horford.

CLEVELAND CAVALIERS

Balance: 53-29 (Vencieron a los Celtics en 1ª ronda y a los Bulls en semifinales).

Quinteto más usado: Kyrie Irving, Iman Shumpert, LeBron James, Tristan Thompson y Timofey Mozgov.

ESTADÍSTICAS EN PLAYOFFS

Puntos:

DeMarrell Carroll (17,1) - LeBron James (26,5).

Rebotes:

Al Horford (9,9) - LeBron James (10,2).

Asistencias:

Jeff Teague (7,4) - LeBron James (7,9).

No era la final soñada, pero si la lógica después de los 82 encuentros de la Temporada Regular. Primero contra segundo. Cuatro encuentros previos con balance positivo para los Hawks (3-1). Dos estilos de juego diferentes que se han mantenido durante las dos primeras rondas de la postemporada. Atlanta es rápido en el movimiento del balón e inteligente en el de sus jugadores. Siempre están en el lugar y el momento adecuado. Y la pelota circula. Circula y circula. Acabaron segundos en asistencias por partido en los primeros 82 encuentros del curso (25,7) y han escalado hasta el liderato en los playoffs (25,4). Difícil adivinar dónde va a acabar el ataque de un equipo que no tiene un macho alfa en anotación, sino muchas piezas, pequeñas y dependientes, que se unen para superar el centenar de puntos por cada 100 posesiones en este tramo del año (102). Nadie supera los 20 tantos por encuentro. Carroll (17,1), Millsap (15,7), Horford (15,6), Teague (15,3) y Korver (11,3), el quinteto transformado en mejor jugador del mes de enero, rozan esa cantidad, pero ninguno llega. Aunque no sufren. Es más una ventaja que un inconveniente ante unas defensas que desconocen quién será su verdugo.

Virtudes innegables para un equipo que llega por primera vez a una final de Conferencia desde que la NBA se divide de este modo (en 1970 todo era por Divisiones) y desplegadas con convicción durante una temporada que después de 94 partidos se les puede estar haciendo larga. El estilo no ha cambiado ante Nets y Wizards, sus víctimas en primera y segunda ronda respectivamente, pero falta frescura. Lo que antes era fácil, un automatismo, ahora se enrarece y enturbia. Todos han subido el nivel y los Hawks no han podido acelerar, poner quinta y arrasar. Brooklyn les asustó más de la cuenta. Washington, sin Wall casi toda la serie, atenazó a los de Georgia en cada uno de los seis partidos. Ninguno fue fácil. Hubo recuerdos, pero no continuidad. Korver es el ejemplo de que las piernas y las cabezas están al límite. El escolta ha reducido su acierto en el triple: del increíble 49,2% de Temporada Regular al 35% de estos playoffs.

Un agujero en la pared. ¿Pequeño o grande? Da igual el tamaño cuando enfrente está LeBron y unos Cavaliers opuestos en un estilo de juego que lidera los playoffs en anotación por cada 100 posesiones (108,2). Es el culmen de la parsimonia. Monotonía en muchos tramos por la autoridad y el monopolio de James en ataque. El balón es suyo y de nadie más. Todo nace, crece, se reproduce y muere en manos de El Rey. Es un ecosistema unipersonal donde surge Irving cuando se le necesita. 19,8 puntos por duelo, con unos problemas físicos incluidos (es aún duda) que son la principal preocupación para un Blatt que tuvo que reconstruir el equipo ante los Bulls por la lesión de Kevin Love frente a los Celtics en primera ronda. Su ausencia fue un quebradero de cabeza. La prueba Mike Miller fue un fiasco que se solventó con la entrada de Tristan Thompson en el segundo partido ante los Bulls. Con dos grandes, él y Mozgov, el equipo perdió en amenaza exterior (aunque encontró un Shumpert desconocido desde fuera) y en espacio interior para James e Irving, pero ganó en fuerza y resistencia ante los hombres altos de Thibodeau.

Blatt repetirá el mismo esquema, no hay señal contraria. Y LeBron no tiene inconveniente. En definitiva sabe que es él contra el mundo. Sabe que es él contra una historia que ha sido esquiva con el baloncesto de Ohio desde el inicio de los tiempos. Pero ya ha amenazado: su único objetivo es ganar, es su sueño. ¿Qué responderán Budenholzer y sus chicos?