Cuando se habían apagado las luces del resto de pabellones y en algunos, como el Multiusos do Sar, estaban de homenaje a un año muy sudado, en Miribilla se seguía jugando. No había nada masticable sobre el parquet, porque el Dominion Bilbao era cuarto pasara lo que pasara, por gentileza de la victoria del Valencia en Fuenlabrada, y el Unicaja se quedaba con esa tercera plaza, la peor de todo un año agridulce, porque el Barça no le cedió la suya. Es decir, los vizcaínos se verán con Valencia en cuartos (jueves, sábado coincidiendo con la final de la Copa de fútbol y posiblemente lunes si hubiera tercer partido) y esperarán al Madrid-Granca. Los malagueños se cruzan con un Baskonia que al final parece querer renacer.

El cuadro costasoleño, huérfano en la dirección de Granger y con Soludade (de LEB Oro) al timón unos cuantos minutos, venía de sufrir lo que llama Plaza “el síndrome del escalador” y la victoria le repara cierto bloqueo mental. Para colmo de males, Stefansson acabó tocado. Gabriel será dado hoy de alta. Éste recibió el calor de un pabellón que le adora, como Vasileiadis. Aunque no había nada en juego, ambos equipos se pelearon por cerrar la fase regular con la sensación refrescante de una victoria que les plante con el mejor talante en el playoff. Cayó la tercera derrota en casa para los de Sito Alonso. Ninguno se dejó nada en un choque con el mismo aroma de una eliminatoria. El cierre de los 40 minutos y la prórroga tuvieron mil matices y revueltas.

En efecto, los minutos decisivos fueron todo un carrusel de emociones. Kostas no estaba para nostalgias y firmó ocho puntos prácticamente consecutivos. Le replicó un Colom excelso, al nivel de Selección. El andorrano igualó la contienda a 82 y tuvo la pelota de partido tras robo, pero erró el tiro sobre la bocina. En la prórroga Toolson, que emergió cada vez que los locales trataban de derrapar, logró un triplazo antológico a 12 segundos para el final con Latavious encima para el +1. Colom volvió a tomar la palabra: hizo su enésima división, se plantó cerca del aro e hizo un tiro en parada a tres metros, que falló.

Empezó muy certero Marko Todorovic y la fractura pareció llegar en la frontera del segundo y tercer cuarto, con un 2+1 de Dejan Todorovic, cedido precisamente por Unicaja, y dos triples luego, tras el descanso. El chico va para gran jugador si canaliza como es debido ese bendito ímpetu. El rebote fue un tormento vizcaíno. Mumbrú tiró una ayuda perfecta cuando Colom se quedó con Vázquez en el tramo más nervioso. Otra vez los veteranos del Dominion salieron al rescate. No tienen final. “Jugadores que estarán jugando a los 40 años a este nivel los cabrones de ellos”, los definió Plaza. Los tiros libres y la enloquecedora predisposición de los colegiados a pitar cosas raras descentraron a los locales, empezando por Sito Alonso, castigado con técnica cuando desfilaban en el descanso. A los seis minutos, Mumbrú se metió en dos faltas y ya no salió hasta la segunda parte. El puesto de tres empezó a ser un quebradero y Dejan Todorovic lo solventó. En realidfad, fue la derrota más dulce de la historia de Miribilla.