ROCKETS 80 - WARRIORS 115 (0-3)

Curry se exhibe en Houston y acaricia ya sus primeras Finales

Stephen destrozó a los Rockets con una actuación soberbia: 40 puntos (7/9 en triples) y 7 asistencias. Harden (17 tantos y 3/16 en tiros) no pudo hacer nada para frenar al MVP.

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Los Warriors están a un solo triunfo de volver a las Finales por primera vez en los últimos 40 años. Y que esto es así se lo deben en gran parte a Stephen Curry. El MVP completó una actuación magistral en el tercer partido de la final de la Conferencia Oeste. Anotó 40 puntos (12/19 en tiros de campo, incluido un 7/9 en triples para pasar a formar parte de la historia de los Playoffs), repartió 7 asistencias y cogió 5 rebotes para destrozar (80-115) a unos impotentes Rockets. En los prolegómenos del encuentro, en Houston soñaban con remontar el 2-0 en contra que se trajeron de Oakland, tal y como sucedió previamente en los dos títulos (y únicos) que la franquicia conquistó en 1994 y 1995. Ahora ya no les queda esperanza a la que agarrarse. Lo que necesitan es un milagro: nunca en las 117 ocasiones anteriores se ha remontado un 3-0 en los Playoffs de la NBA.  

El partido duró cuatro minutos. Tras el 9-9 de inicio, sólo existió un equipo sobre el parqué del Toyota Center: Golden State. Los de Steve Kerr maniataron con una defensa soberbia a unos Rockets que presumían ser el mejor ataque de la postemporada. Sólo Dwight Howard (14-14 para él) se salvo del naufragio texano. Ni James Harden pudo evitar el rídiculo. El escolta fue incapaz de responder a la exhibición de Curry, concluyendo con 17 tantos en su casillero y un sonrojante 3/16 en tiros de campo. En los minutos finales, en medio de un pabellón desértico, su cara era todo un poema. No quedaba otra cosa que aguantar el chaparrón y pensar ya en el 'Game 4', el cual se disputará en la madrugada del lunes al martes. "No podemos bajar los brazos. Hemos llegado muy lejos, peleado tanto... como para permitir que la cosa acabe como esta noche", destacaba un Howard que, pese a mantener el nivel, no pudo hacer nada para contener la sangría bajo el aro de los suyos: 39-60 en rebotes para los visitantes. Un día más, Andrew Bogut y Draymond Green (más necesario de lo que parece para la Dub Nation) estuvieron a la altura de las circunstancias.

Como decíamos, al poco de comenzar una batalla que no fue tal, los californianos fueron abriendo las primeras diferencias en el marcador subidos a lomos de Bogut y Green. Con Klay Thompson (17) de nuevo obcecado desde la línea de tres puntos y Curry viéndolas venir para sacar lustro a su repertorio en el segundo cuarto, la pareja interior se las arregló para poner al término del primer periodo un más que premonitorio 18-30. Ya en el segundo, con Harden sumando sólo desde el tiro libre y con la dimisión general del resto de hombres de Kevin McHale, Stephen decidió que era el momento de arrancarse con su show. En los últimos 6 minutos antes de la llegada del descanso anotó 15 puntos que sepultaron a los texanos. Al intermedio se llegó con un tremendo 37-62: +25 para unos Warriors que atacaban y defendían como los ángeles. En definitiva, se divertían.

Tras la reanudación, un 1-7 de Houston nos hizo creer que los locales seguían vivos. Hasta que apareció... Stephen Curry. El base sumó otros 19 tantos en el tercer cuarto. Lograba canastas de todos los colores: bombas al más puro estilo Navarro, bandejas por elevación para sortear el intento de tapón de Howard, triples estratosféricos que acabaron por ganar para la causa a algún que otro seguidor en la primera fila y hasta rebotes ofensivos en las narices de Howard. "Steph fue Steph. No creo que hayamos visto a alguien tirar como él lo hace", le alabó por enésima vez esta campaña Steve Kerr. "Sabemos que nos encontramos ante un momento especial. Así que es complicado abstraerte de este tipo de emociones", comentó el MVP. A juzgar por lo visto esta madrugada, lo consiguió. Se nota que quiere llegar a las Finales, sus números en estos tres primeros encuentros de la final del Oeste hablan por sí solos: 35,7 puntos (con un ¡58,1% en triples!), 6 pases de canasta y 4,7 rechaces.

Aún faltaban los 12 últimos minutos, un correcalles en el que pese al tempranero intento de Corey Brewer con sus contraataques por reducir la desventaja, la victoria de los Warriors nunca corrió peligro. Pero Kerr no lo entendió así, o quizá por homenajear a Curry para que llegara a los 40 puntos (era necesario), volvió a darle entrada pista. Estuvo un rato en pista hasta que se levantó y volvió a clavar otro triple. Objetivo conseguido: las cuatro decenas de tantos en el bolsillo. El primero que lo logra en la franquicia en una final de Conferencia desde Rick Barry en el 76. Pero no sólo ahí, junto con Jordan, ya puede presumir de ser el único en conseguir 40 puntos, con 5 triples y un 55% en tiros de campo en un encuentro de la penúltima ronda de la postemporada. 

Mientras tanto, tras sufrir su peor derrota como locales en la historia de las eliminatorias por el anillo, en los Rockets se ha instalado la decepción. Compitieron en el Oracle, pero lo cierto es que siguen sin poder ganar a los Splash Brothers y compañía esta temporada (7-0). Algunas voces se lamentan por la falta de emoción en la final y se preguntan si los Spurs o los Clippers hubiesen sido rivales más duros para hacer frente a los Warriors. Pero eso es entrar en el terreno de la especulación. Ahora, en Houston deben intentar reponerse a este tremendo mazazo. Porque el problema ya lo tienen. Se llama Stephen Curry.