DOMINION BILBAO 75-VALENCIA 91 (0-1)

El Valencia impone su físico para adelantarse en Bilbao

El equipo taronja se sobrepuso a un 17-2 del Dominion en el tercer cuarto (55-50) y podría finiquitar la serie en el segundo encuentro que se disputará el sábado en La Fonteta.

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Barcelona, Unicaja… y Valencia. Los plantillones pasan su rodillo en el playoff. Y aunque en ese cielo interminable que sonríe a los favoritos se haya colado un cohete con ventaja de campo, tal que el Bilbao, como cuarto clasificado de la fase regular, lo abaten casi con un soplido. Carles Durán tiene un equipo kilométrico, en el anota o aporta algo con sustancia en el pack de los cuatro cuartos hasta el que agita las toallas. El Dominion, por el contrario, exprime su núcleo duro, los siete jinetes estelares, pero necesita más para llegar al nivel que exigen estos equipos de Euroliga. Porque el Valencia, aunque su temporada irregular lo desmienta, tiene una colección de jugadores muy por encima de la Eurocopa. El Bilbao usa su banquillo sólo para elevar la nota defensiva, o hay más aporte de esa reserva o jamás se codeará con la élite. Su temporada, no obstante, es de matrícula de honor. Que a nadie se le pase por la cabeza que el sábado saldrá con la cuchara entregada, pero su misión es casi más compleja que recobrar el aliento en ACB en agosto tras la expulsión sin sentido de Roca.

El equipo taronja se llevó el 0-1 con carácter. Marcando territorio. Tirando de su físico descomunal. Superando a un Marko Todorovic imperial (batió el récord de valoración bilbaína en un playoff, en poder de Aaron Jackson), que mandó sobre los tres pares que le colocaron. Tuvo un momento de hipo el equipo visitante en el tercer cuarto, cuando ayudado por la marea de Miribilla, el cuadro vasco se fue a un 17-2 (55-50). La presión sobre las líneas de pase era furibunda. Así le agotó los 24 segundos al enemigo sin que tirase. La remontada fue espectacular, pero el equipo se vació física y mentalmente. En cada final de cuarto le dominaron sistemáticamente. Luego tiraba ayudas largas sin opción de vuelta y ante la gran circulación taronja, no llegaba a puntear los tiros. En cuanto se relajaron en un par de situaciones, zasca, Adiós al control de la situación Una antidepotiva de Williams a Loncar y la mala defensa sobre el bloqueo directo fueron claves. La falta anuló mentalmente al norteamericano y borró el mejor baloncesto de los propietarios de Miribilla (alentados ayer por el estudiantil Salgado).

El Valencia endureció el partido, básicamente con Loncar, un apellido adherido a uno de los baloncestistas más sobrevalorados del panorama europeo, al que le sobraron ciertos gestos en un par de tiros libres. Sacó de punto a los vizcaínos. Luego se encolerizó Nedovic sin razón ante Mumbrú en una entrada a canasta con mate. El capitán local se apartó de su camino. Hubo un último giro de tuerca para dar suspense al inicio de la serie de cuartos: 67-69 a siete para acabar. Se diluyó como un azucarillo.

“Excepto el equipo de Bilbao y el entrenador del Bilbao se nos ha menospreciado; me pareció espectacular el ambiente. Estoy convencido de que el sábado nuestra afición va a demostrar que es la mejor de España. Lo que hemos hecho aquí lo puede hacer el Dominion en Valencia. No quiero un empate, dar más opciones, porque sería un peligro volver aquí”, valoró Durán. Sus bases, Vives y un Van Rossom que cada día tiene más pinta de base top europeo, fueron el motor del despegue, de la buena circulación de balón y el acierto supremo en los tiros lejanos. Ribas contó con balones claros después de tres o cuatro giros del cuero y en lanzamientos en estático es infalible. "Quiero volver aquí", gritaba Marko Todorovic en el corrillo final. Lo más triste fue la entrada: ni ocho mil almas en el 'infierno' del norte. Todos los fastos y la movilización para la final de la Copa de fútbol y ciertos problemas informáticos para sacar el abono aportaron la peor entrada en mucho tiempo. Incomprensible.

Por otro lado, el Tribunal de Cuentas anda encima del Bilbao. En abril del 2013, ante la situación financiera del club, la Diputación adelantó al Bilbao Basket 5,3 millones, el dinero de un convenio a tres años, aunque la mayor parte, 3,4 millones, no fue en metálico sino que se usó para saldar la deuda del club con Hacienda. No harían mal en revisar de una santa vez a fondo toda gestión al frente de la nave de Gorka Arrinda (que ahora, tal y como avanzó AS, demanda al club al olor del dinero que está entrando, reclamando la deuda que él mismo se generó con comisiones de su empresa de representación). Y de paso que apunten al que le reía las gracias a nivel institucional. Y que arda Troya.