FRANCESC SOLANA

"La gente ha perdido la fe, pero hay que valorar al Fuenlabrada”

De gran jugador en Girona, Sevilla y Fuenlabrada, entre otros, a director deportivo en el MoraBanc Andorra, club que se ha estrenado esta campaña en la Liga Endesa.

0
"La gente ha perdido la fe, pero hay que valorar al Fuenlabrada”

—Lo primero, enhorabuena por la temporada, que para ser la primera del MoraBanc Andorra en la Liga Endesa no ha estado mal

—Para ser la del debut, sí, estamos muy contentos (14ª clasificado con 12 victorias). Hemos pasado por todas las etapas de un novato en la Liga. Primero íbamos ganando, pero no estábamos contentos, luego perdimos ocho partidos seguidos en enero y febrero y desde entonces un buen tramo final de temporada donde ganamos siete partidos.

Un club con aspiraciones, porque han hecho fichajes con nombre como Sada, Jawai, Stojanovski…

—A mitad de temporada nos movimos bien en el mercado y recompusimos el equipo donde no estábamos satisfechos. En septiembre estos jugadores no estaban a nuestro alcance, pero en enero, influidos por sus circunstancias, pudimos asumir estos fichajes.

¿Y cómo ve el futuro del Andorra?

—Somos un club en crecimiento, todos los años vamos a más y seguiremos en esa línea. La gente que llevamos el club somos muy competitiva, nos gusta ganar siempre y hacer las cosas bien. Si este año hemos terminado en el puesto 14, pues al siguiente queremos acabar un poco más arriba.

¿Hay margen de crecimiento social en Andorra: afición, pabellón…?

—Quizá sea difícil, pero estamos muy contentos con la identificación de la gente con el equipo. Una de las cosas que más nos satisface de las últimas temporadas es el crecimiento social del club. Como dice el eslogan, nuestra diferencia es que somos un país. Y el club es la marca del país y queremos que todos se identifiquen con ella, hacer de cada partido un evento social.

¿Cambia mucho la vida de ser jugador a ser director deportivo?

—Mucho, muchísimo. Cuando eres jugador vives en una realidad muy diferente, pero luego te toca aterrizar en el mundo real. Es difícil, depende de la formación que hayas tenido o del futuro que busques. Hay jugadores que empiezan a vivir en una realidad asumible, pero otros que aún están de espaldas a lo que pasa en la calle. La ACB de ahora ha cambiado mucho, el nivel económico ha bajado y hay una mayor diferencia entre los equipos grandes y los pequeños. Yo tuve la suerte de que en Andorra, donde también estuve como jugador, confiaran en mí para confeccionar un proyecto ambicioso y, de momento, hemos podido llevar al equipo a la ACB, que no era fácil, y mantenerlo.

El Fuenlabrada fue su último club en activo y uno de los más importantes de su carrera. Este año ha descendido y…

—El día que se la jugaba con el Joventut me sorprendió el ambiente en el Fernando Martín. La pérdida de fe de la gente con el equipo. El club se habrá equivocado en cosas, pero la afición ha dejado de creer. Y si algo había en Fuenlabrada es que la gente creía en su equipo y eso te daba un plus, te daba dos o tres victorias. Y lo he visto este año. Fui con el MoraBanc Andorra con la afición creyendo y nos ganaron y fui en el tramo final, en el partido con el Joventut, y la sensación en la grada fue otra. Y perdieron. El Fuenlabrada lleva diez años seguidos compitiendo en la Liga, con temporadas en las que ha jugado el playoff y la Copa, y este año le ha tocado bajar. Si estas entre los clubes con menos presupuesto es imposible que no te toque alguna temporada. El Manresa se ha salvado en esta y parece que ha firmado una gran trayectoria, pero en las dos temporadas anteriores quedó penúltimo y último. Hay que valorar el trabajo de un club como el Fuenlabrada.

—¿Y qué puede hacer para salir de esa situación?

—Es un club donde se pueden hablar las cosas, siempre ha habido contacto directo entre la grada y la directiva y se puede hacer una reflexión positiva. Elegir el camino e ir por él. En los últimos años ha hecho un gran trabajo de cantera que le va a dar un gran rendimiento. Debe regenerarse y lo puede hacer en la ACB si no hay ascensos, pero también en la LEB.

Algunos tenemos la sensación de que la ACB necesita un cambio de rumbo urgente, ¿qué piensa usted?

—Es complicado. Por ejemplo, respecto a los ascensos y descensos, hay que entender que en los últimos años hay clubes que pagaron el canon y ahora sería injusto quitarlo. Pero está claro que hay que darle una vuelta al baloncesto para reactivar la ilusión. Hay gente que es partidaria de muchos cambios; yo creo que no hacen falta tantos, aunque sí regenerar lo que ya tenemos, hacerlo de otra manera y comunicarlo mejor, que a veces no sabemos vender el producto.

—¿Alguna propuesta? ¿Cómo sería su Liga ideal?

—Lo primero sería regirse por criterios deportivos, que los cuatro primeros sean los que vayan a la Euroliga. Ahora puedes llegar a semifinales y no jugar la Euroliga. Y me gustaría que no hubiera tanta desigualdad, que la Liga premiara más a los clubes pequeños para que el campeonato fuera más competitivo. Existe demasiada diferencia presupuestaria con los equipos grandes. Hay que hacer un gran producto para que la televisión crea en ti y luego saber repartir esos derechos televisivos.