REAL MADRID 89 - VALENCIA 93 (1-1)

El Valencia resiste a un heroico Llull y pone el empate a uno

Tras ir 19 abajo (22-41) en el segundo cuarto, el Madrid lremontó en el último (74-73) para morir en la orilla. Partidazo taronja y de Llull (28 puntos y 7 triples, récords personales).

Madrid
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Con bastante perdido, 1-0 en la serie y dos bajas de gran calado (Ribas y Loncar), que fueron tres durante la batalla (Rafa Martínez se quedó tieso por la espalda), al Valencia Basket se le pasaban muchas cosas por la cabeza, muchas; pero ninguna de ellas el miedo a caer. Eran demasiados ya los que le veían perdido y, cuando nadie apuesta por ti, o agachas las orejas o te sublevas y muerdes. Eso hizo el Valencia, forzar el 1-1 tras un duelo resuelto a dentelladas, las que no paró de dar desde el inicio y también las que recibió.

Un partido que tuvo ganado mil veces y que necesitó ganarlo otras mil para que le contara en la eliminatoria. Debió agarrarlo al vuelo saltando de un tren en marcha. Un partidazo que da valor a un formato de playoff que languidecía.

Y se llevó el triunfo por la clase de Dubljevic, Van Rossom y Nedovic, y por el empuje de Lishchuk, Lucic y Guillem Vives. Qué buena actuación del chaval y en qué momento tan difícil. Si había una puerta imaginaria que cruzar para ir a la Selección, la tiró de una patada. Enfrente, el Madrid no tuvo el día. Ni motivación inicial ni temple posterior. Como no lo tuvieron Rudy, Sergio, Rivers y Maciulis en el lanzamiento, y aun así levantó 19 puntos en contra (22-41) tras rehacerse en un principio y volver a caer a un -15 (43-58). Y de nuevo, con todo perdido (79-89 a 2:30 y 81-91 a 1:50),  estuvo a un paso repetir hazaña. Se quedó a un tiro de cuatro metros de Felipe Reyes de forzar la prórroga. La que se ganaron Llull (28 puntos y 7 triples, en ambos casos récord personal) y la garra de Nocioni, claves en las remontadas. Pero la que no se merecía un Valencia que fue superior.

“Hay que mejorar el porcentaje de tres y limitar nuestras pérdidas”, aseguraba convencido Carles Duran en la previa. ¡Ni que fuera tan fácil!, pero esta vez fue dicho y hecho. Al descanso, tras el vendaval naranja (41-53, aunque había llegado a ganar por 19: 22-41), sumaban apenas 4 pérdidas y anotaban 9 triples de 15 intentos (60%), casi, casi a ritmo de récord. Añadía, además, el dominio del rebote (12 a 17, y 29 a 35 al final).

El primer cuarto había transcurrido en medio de la placidez de los locales, que subsanaban su nefasta defensa (el rival tiraba una y otra vez liberado o penetraba fácil) con puntería: cinco triples, tres de Llull y dos de Carroll. Les daba para ir ora arriba ora abajo. Entonces, con 20-19, entró en pista el serbio Nedovic (que vino de los Warriors, por cierto) e hilvanó diez tantos en cuatro minutos. El Valencia rompía la goma: 22-41. Diecinueve de ventaja a falta de 27 minutos. Mucha renta y mucho tiempo, demasiado pensaría su técnico. Laso, en la otra trinchera, volvió a echarse en manos del carácter de Nocioni, y tiró de Mejri. Parcial de 15-4 que no tuvo continuidad. Del 37-45 al 41-53.

Y luego, 43-58. Otro intento del Valencia de cortar los hilos que sujetaban al Madrid. Pero no los cortó, y con el empuje del Palacio y de todo el bloque el Real firmó un parcial de 23-9 salpimentado de polémica y tensión. Dos técnicas al Valencia, al fisioterapeuta, que se pasó de frenada, y a Carles Duran, al que directamente los frenos no le funcionaron cuando decidió darle un patadón al balón. Un triple de Nocioni culminaba la remontada (74-73), sin embargo no decidía nada.

Había partido y lo atraparon los visitantes. De once ataques consecutivos, el Madrid resolvió nueve con intentos triples sin tino. A lo que añadía una pésima defensa del uno contra uno. El Valencia se atrincheró en una zona, se puso diez arriba y ante cualquier otro rival ya no hubiera habido dudas. Pero era el campeón de Europa... Tres más uno de Llull y la prórroga estuvo en las manos de Reyes. Erró. 1-1 y la serie viaja calentita a la ciudad del Turia, con un parte de guerra creciente: Loncar, Ribas, Rafa Martínez, Ayón (golpe en la rodilla izquierda) e incluso Rudy (molestias en la misma articulación). Hay semifinal.