¿Cómo sabe el bronce?

—Muy bien. Estamos muy contentas. Se ha hecho un gran trabajo y ha costado. Ha sido un campeonato duro, pero supimos competir. Es un bronce que tiene mucho mérito.

—A nivel personal, ¿ha sido su mejor torneo?

—No lo sabría decir. Como jugadora siempre intentas dar el cien por cien para el equipo y al final a mí me gusta más hacer una valoración global porque tus objetivos tienen que ser los mismos que los del equipo.

—¿Cree que los rivales les tenían más ganas que nunca?

—Sí que salían mucho más preparadas, con más ganas. Pero eso es una buena señal porque quiere decir que en los últimos años se han hecho bien las cosas. Éramos el rival a batir.

—Ante Francia, con España tres abajo, falló un triple. ¿Ha pensado mucho en él?

—Claro que he pensado en él. Es una imagen y una sensación que va a quedar ahí. Sí que es verdad que voy a pensar más ahora que después del partido. Fue un golpe duro, pero sabíamos que nos quedaba otro partido que también valía una medalla. No pensamos más en la derrota. Sólo en levantarnos e ir a por el bronce. De ese partido aprenderemos. Haremos autocrítica para mejorar, pero hay que estar contento.

—Serbia ganó el oro.

—Así acabó el torneo. Al final puedes pensar ‘¡si nosotras ganamos el campeón!’, pero nos tenemos que quedar con que competimos contra todos y el único partido que perdimos fue en los últimos segundos.

—El año que viene jugarán un Preolímpico y usted debutó en el de 2008. ¿En qué ha cambiado Alba en ese tiempo?

—Yo creo que un poquitín. Fue muy especial. Era mi debut y encima en un Preolímpico en el que nos clasificamos para Pekín. Los Juegos son el sueño de todo deportista. Ahora hemos dado un paso importante para estar el año que viene en Río. Hoy se celebra este bronce, pero mañana ya se piensa en el Preolímpico.