El Bilbao Basket ha echado a andar y poco a poco va presentando a sus nuevos jugadores. Esta mañana ha tenido su puesta de largo Georgios Bogris, que llega del Andorra. "Estoy muy contento de estar aquí. El año pasado vi al Bilbao y me pareció un sueño jugar aquí. Mi objetivo es el mismo del equipo, lograr las máximas metas y crecer junto al club. Supone una motivación especial jugar con Herevlle, Raúl y Mumbru, los admiro y tendré que mejorar cada día para estar al máximo nivel. No puedo prometer que vaya a lograr meter todos los tiros que intente pero no daré ningún balón por perdido".

El pívot recoge el testigo de unos cuantos compatriotas que han pasado por Miribilla: Vasileiadis, Zisis, Mavroeidis, Katsikaris... "Siempre he admirado este equipo, a muchos de sus grandísimos jugadores. Me motivó ver la grandísima campaña pasada y espero ser parte de ello este año".

Repetir lo del año pasado no será fácil: "Tras escuchar al entrenador, veremos. Cada temporada es distinta, depende de la suerte y lucharemos al cien por cien en la Liga y también en la Eurocopa". Confesó que no necesita que le diga mucho Sito Alonso sobre el equipo, "porque lo conozco bien de haberlo visto el curso anterior".

"Muchas gracias a todos por haber venido", explicó el pívot griego. Su presentación dejó claro en lo que se ha convertido el club de Miribilla. Un periodista estuvo en la rueda de prensa. Y porque descansaba el Athletic, si no habría estado desierta. Es la consecuencia de una política de comunicación que ha reventado la paciencia de los medios vizcaínos. El tesorero, Carlos Del Campo, ha tomado las riendas del 'juguete' y se ha abonado a la 'filosofía Macua', aquella que decía aborrecer, es decir, despreciar al 99% de los medios y convertir el club en su búnker, lo que ha creado no pocas divisiones en el consejo (el célebre grupo alternativo de gestión que tomó las riendas ha saltado por los aires y Davalillo ejerce sólo el papel de imagen de la entidad para las fotos). Todo con la complicidad de Juanan Goñi, la cabeza visible de Dominion. Se disfrazaron con retórica sobre cierta transparencia pero a la hora de la verdad se trataba de rascar el bolsillo a los aficionados para la ampliación de capital.

Ahora se impone la política de 'transparencia cero': se nombra un director general en secreto, se firma a un nuevo patrocinador en la clandestinidad y se niega el club a la sociedad a la que se le pidió auxilio hace un año. También los medios, que, como AS, remaron para ayudar a sacar a la entidad de la muerte segura, sobran en este desaforado ímpetu por cerrar las puertas. Tal vez la mente de Del Campo se propuso hacer buena la renegrida política de comunicación de Arrinda. Premio para él, porque lo está consiguiendo.